Leguina no tiene dónde plantar los millones de arboles que prometió, advierte Aedenat
El ambicioso Plan Forestal de la Comunidad de Madrid plantar 200 millones de árboles en 45 años- nace con un problema insalvable, a juicio de la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat): los bosques no pueden crecer en el aire. Los ecologistas aseguran que la mayor parte del Programa se desarrolla en suelos privados, lo que implica tener que convencer o forzar a los propietarios para que acaten el Plan de reforestación.
El documento de síntesis (151 páginas) del Plan Forestal prevé enmoquetar de verde 100.000 hectáreas desnudas y mejorar la cubierta vegetal de otras 265.000, con una inversión de 83.700 millones- ha sido estudiado con lupa por los ecologistas desde que se presentó en sociedad el 30 de mayo. -1 El análisis ha acabado siendo una autopsia. Aunque Aedenat aplaude la instauración de una estrategia general que encauce todas las iniciativas de reforestación, en la Comunidad de Madrid se cree que el proyecto nace muerto. Según los ecologistas, las fuertes tensiones urbanísticas en la región, que dificultarán el cambio voluntario de uso agrícola a forestal de los suelos, hacen inviable este plan de mejora de la cubierta vegetal.
"Es imposible cumplirlo. Para ejecutar un plan tan ambicioso hace falta disponer de mucho suelo" asegura Santiago Martín Barajas, portavoz de la asociación. "La Agencia del Medio Ambiente (AMA) ni prevé la compra de nuevos terrenos ni contempla la posibilidad de expropiarlos, medida muy eficaz, sobre todo, en fincas donde la propiedad está muy' enmarañada debido a herencias confusas", prosigue. "Además, es un arma frente a ciertos desmanes concretos de los propietarios".
Comprar la región
El director de la AMA, Arturo Gonzalo Aizpiri, también está de acuerdo en que se debe aumentar el patrimonio de suelo público de interés natural, pero sólo en de terminadas circunstancias: "No tiene sentido que compremos la cuarta parte de la Comunidad. La línea importante de actuación es incentivar a los propietarios. para conseguir crear nuevos bosques y mantener los existentes".
El problema, según los ecologistas, es que para una buena parte de los propietarios -el 77,2% de la superficie forestal es de titularidad privada- todo suelo rústico puede ser recalificado como urbanizable. Martín Barajas pone como ejemplo los precios desorbitados. que alcanzan los terrenos rústicos en Madrid: "Mientras en Zamora el metro cuadrado de suelo cerealista cuesta 30 pesetas, en Madrid alcanza con facilidad las 500. Eso significa que los propietarios no pierden la esperanza de que se convierta en un campo de golf o, en una urbanización".
Gonzalo Aizpiri que asegura que este proyecto selvático no contempla el suelo agrícola, sólo el forestal, confía en que la futura Ley Forestal, que ahora está elaborando la Agencia del Medio Ambiente, proporcione las armas legales para este tipo de problemas: "El barbecho especulativo se soluciona con disciplina urbanística".
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