7MM-RU
7MM-RU, 7MM-RU, 7MM-RU. Repite esta letanía en el metro, en el autobús, en el coche o cuando vayas andando por la calle. 7MM-RU. Se trata del número de cuenta que Mariano Rubio tenía en Ibercorp. No lo olvides. 7MM-RU, 7MM-RU, 7MM-RU. Era un cuenta opaca, porque si mirabas a través de ella no veías los Sistemas AF ni la empresa Traya. 7MM-RU. Por no ver no veías ni al cuñado de Rubio ni a su primo. 7MM-RU. No se veía nada a través de esa cuenta porque estaba enfangada y turbia como un charco. Aún no se distingue el fondo, a pesar de los intentos de drenaje de la comisión parlamentaria. Metías el dedo en esa ciénaga, 7MM-RU, revolvías un poco y saltaban sapos en todas las direcciones. 7MM-RU, 7MM-RU.7MM-RU. Si lo repites muchas veces seguidas acaba pareciéndose al zumbido de esos moscardones azules con el cuerpo metalizado. Son una obra de arte y, sin embargo, se alimentan de mierda. La naturaleza es así, incluso la naturaleza de las cosas, 7MM-RU. Mariano Rubio también tiene un diseño excelente, una soberbia metalizada, un pelo blanco, un tórax plateado que para sí quisieran muchos voladores coprófagos. 7MM-RU. Mariano Rubio no se mueve, baila. Le ves llevándose el cigarrillo a la boca o consultando el reloj, con el abdomen suavemente arqueado, y comprendes que la armonía de sus movimientos, lejos de ser adquirida, es el resultado de una cultura milenaria, como el vuelo del moscardón. Hay que haber comido mucha mierda para lograr esa apostura.
7MM-RU. Repítelo hasta que el zumbido se incorpore a tu torrente sanguíneo y en ese instante comprenderás que De la Concha es la Blanca Rodríguez de Rubio, la materia fecal de la que se alimentaba y a la que ahora abandona, porque un buen moscardón no para. 7MM-RU.
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