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Sorpresa en Israel por el gesto del antiguo enemigo

Los israelíes no se lo pueden creer. Se han quedado estupefactos al enterarse de que Yasir Arafat ha aceptado, a petición del gran rabino sefardí, adelantar a hoy su llegada a Gaza con el fin de liberar a miles de policías y soldados judíos de la necesidad de violar el sabbath para garantizar la seguridad del líder palestino el sábado.El primer ministro israelí, Isaac Rabin, se apresuró a aprovechar la oportunidad. "Una vez que Arafat, haya llegado al territorio autónomo de Gaza termina nuestra responsabilidad por su seguridad, que pasará a manos de la policía palestina", recalcó.

"No habrá por tanto profanación del sabbath", añadió, "salvo que la extrema derecha judía organice manifestaciones o fomente desórdenes en Jerusalén u otro lugar entre el viernes por la noche y el sábado por la noche, en cuyo caso la policía tendría que intervenir".

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¿Porqué esta súbita preocupación del laico Rabin por el sabbath? Es que la oposición nacionalista y religiosa presentó una moción de censura en el Parlamento, que se votará el próximo lunes. Para evitar que el partido ortodoxo Shas, que apoya normalmente al Gobierno laborista, vote esta vez con la oposición, Rabin tenía que dar garantías respecto del cumplimiento del sabbath. Y Arafat, por su parte, no podía menos que ayudar al Gobierno de Rabin.

Eso no significa, sin embargo, que la extrema derecha se mantenga tranquila. Miles de colonos judíos tenían. previsto dirigirse esta mañana hacia Jerusalén para manifestarse ante la residencia del primer ministro israelí.

"Vamos a incendiar Jerusalén y el resto del país después", aseguró el alcalde adjunto de la ciudad, el religioso Schmuel Meir. "Este Gobierno no nos deja otra elección".

Por otra parte, el Shin Beth (servicios de información militares) ha tenido conocimiento de que unos comandos de extrema derecha tienen previsto ocupar varios ministerios en Jerusalén. Tanto Rabin como su ministro de la Policía han confirmado públicamente la mencionada noticia.

Unos diez mil policías -la mitad de los efectivos totales- fueron destacados para asegurar a la vez la seguridad de Arafat y el orden público en todo el país. Entre ellos, 3.000 vendrán a reforzar los efectivos en Jerusalén, a pesar de que Arafat no tiene previsto esta vez entrar en la Ciudad Santa.

Los demás 7.000 agentes ayudarán al Ejército en la región de Gaza y Jericó, en estrecha colaboración con las fuerzas de seguridad palestinas. La operación ha recibido un nombre muy significativo: Desierto ardiente.

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