García Vargas compara al cabo fugado de la Brigada Paracaidista con Roldan

El ministro de Defensa, Julián García Vargas, comparó ayer al cabo Felipe Palomero, quien denunció la fáIsificación. de nóminas en la Brigada Paracaidista (Bripac) tras darse a la fuga, con el ex director de la Guardia Civil Luis Roldán, que desde su escondite ha denunciado el pago de sobresueldos con dinero de los fondos reservados de Interior. En ambos casos, "estamos moviéndonos al ritmo que marca un presunto delincuente" a través de un medio de comunicación, dijo el ministro.

García Vargas advirtió que Ias denuncias de un huido nunca son inocentes, sino interesadas: su finalidad es diluir su conducta en la responsabilidad de otros; aunque sea faltando a la verdad".Al inicio de su comparecencia ante el Congreso, a petición propia y de tres grupos, el ministro aseguró que no iba a hacerle el juego al denunciante, uno de los principales sospechosos de las irregularidades descubiertas, sino a "defender el honor de la Brigada Paracaidista". No obstante, admitió que, como consecuencia de las noticias publicadas en el diario El Mundo, se. han revisado las nóminas de las 29 compañías de la Bripac en el periodo 1989-1994, descubriéndose en las cuentas de la compañía del cuartel general un fraude cifrado en 32.600.000 pesetas, según se deduce de los datos facilitados por el ministro.

Este dinero se sustrajo presuntamente mediante diversos métodos, que van desde el incremento artificial del número de militares presentes en la unidad, de junio de 1990 a enero de 1991, hasta la apropiación directa de nóminas destinadas a paracaidistas enviados a la antigua Yugoslavia como parte de la Agrupación Madrid, ya en 1994. Estos hechos, agregó el titular de Defensa, están siendo investigados por el juez togado militar, quien "determinará su alcance y las responsabilidades exigibles".

Pocos responsables

Adelantó que, por los datos de que dispone, no existe una implicación generalizada de los mandos de la brigada ni el reparto de cientos de millones de pesetas, sino, en todo caso, la sustracción de "algunas decenas de millones" de la que serían responsables "por acción u omisión, muy pocas personas". De momento, el jefe de la Bripac, general López Hijos, ha impuesto un arresto disciplinario por negligencia al teniente de habilitación y al capitán responsable de la compañía del cuartel general.Por el contrario, García Vargas negó que los mandos de la brigada hubieran faltado a su deber de denunciar el robo de seis pistolas, con su correspondiente munición, que se emplearon para perpetrar un atraco en Alcalá de Henares (Madrid) a fines de febrero. Sí admitió, a este respecto, que no se efectuaron las revisiones preceptivas del armero, lo que impidió descubrir el robo, por lo que también han sido sancionados un teniente y un sargento. Igualmente, negó que jefes de la Bripac se repartieran 20 millones destinados al pago de dietas a paracaidistas que participaron en la vigilancia del tren de alta velocidad, en la primavera de 1992, y sólo reconoció que "por exceso de celo" una bandera ha conservado hasta hoy 400.000 pesetas que debían haberse reintegrado al Tesoro en diciembre.

Antonio Romero, de Izquierda Unida, aseguré que "el mejor servicio que se puede prestar a la Brigada Paracaidista es detectar y expulsar las manzanas podridas, si las hay". Santiago López Valdivielso, del PP, se preguntó "con qué legitimidad pedirá el Ministerio de Defensa más dinero a la sociedad si no es capaz de controlar los escasos recursos de que dispone" y exigió que "se adopten las medidas oportunas para que estos hechos no vuelvan a repetirse". García Vargas calificó de "asunto muy doloroso" lo sucedido y agregó: "Lo que de verdad me preocupa es por qué han fallado los mecanismos de control".