Del 10% al 15% de las mujeres tien en problemas con el exceso de vello.
El hirsutismo, identificado con lo viril, afecta psicológicamente a quienes lo sufren
El hirsutismo, que afecta del 10% al 15% de las mujeres y se asocia popularmente al cruel mito circense de la mujer barbuda, constituya uno de los trastornos con mayor repercusión psicológica femenina, singularmente en el verano, cuando el calor impone los cuerpos ligeros de ropa. Es un enemigo a abatir para la mujer, en busca de un ideal estético tradicionalmente identificado con la suavidad y blancura de la piel. La calidad del pelo y su distribución en el cuerpo son factores de diferenciación de los sexos, determinados por el desarrollo hormonal.
No es solamente un problema estético. "El hirsutismo cuestiona el ser mujer y se asocia, a veces sin fundamento, a otro miedo frecuente: el de la esterilidad", afirma Antonio Gómez-Pan, jefe del servicio de Endocrinología del Hospital La Paz de Madrid. "Más que la cantidad de vello, lo que define al hirsutismo es su calidad -un vello terminal, fuerte, áspero y rugoso- y su distribución anatómica, en zonas masculinas como el pecho, el espacio intermamario, alrededor del ombligo y el bajo vientre o en el mentón, las patillas y el labio superior", explica Juan Ordás, jefe de Ginecología funcional de La Paz.Este crecimiento anormal del vello se debe sobre todo a un exceso en la producción de andrógenos, las hormonas masculinas. La causa más frecuente es un mal funcionamiento de los ovarios o de la glándula suprarrenal, los dos polos productores de andrógenos en el organismo femenino, o de ambos a la vez. En los ovarios, puede deberse a una anomalía en la maduración de los folículos, que lleva a la producción de andrógenos en vez de estrógenos, las hormonas femeninas.
Alteraciones severas
Un aumento de la grasa cutánea, acné, alteraciones en el ciclo menstrual y, en ocasiones, obesidad y esterilidad son algunos de los trastornos que pueden acompañar a este desequilibrio hormonal, cuando el hirsutismo es más grave.Uno de los trastornos ginecológicos más frecuentes son los ovarios poliquísticos. Otra de las causas, aunque más raramente, puede ser la aparición de tumores tanto en los ovarios como en la glándula suprarrenal, sobre todo si el crecimiento del vello es repentino y rápido.
"Si la alteración es severa, también lo es el crecimiento del vello. Por lo general, el hirsutismo moderado es sólo un problema estético", afirma José Andrés García Centenera, endocrinólogo del hospital Santa Cristina de Madrid. "lo que debe alertar sobre un posible trastorno grave es su aparición brusca, sobre todo si se acompaña de otros síntomas como reglas irregulares o dolorosas", explica García Centenera.
Alrededor de un 5% de los casos de hirsutismo se deben a un problema endocrino provocado por un bloqueo congénito de las enzimas de las que depende la síntesis de las hormonas femeninas. Se trata de un tipo de hirsutismo constitucional, por lo general leve, frecuente en España, según los especialistas, que no responde a trastornos patológicos de la secreción hormonal y que afecta genéticamente a algunos grupos raciales, especialmente los de origen mediterráneo.
Los especialistas, sin embargo, reconocen que el exceso de vello, aunque no encierre ningún trastorno patológico, constituye una fuente muy importante de complejos y de fuertes problemas psicológicos en muchas mujeres.
"Algunas pacientes que acuden a la consulta se llevan una enorme decepción cuando los exámenes revelan que no padecen ningún desequilibrio susceptible de tratamiento", explica García Centenera. "Una mujer, de todas formas, debe acudir al especialista cuando siente esa angustia. Optar sólo por un tratamiento de belleza puede, además, ocultar un problema importante". La depilación con pinzas cuando el vello es abundante puede a veces agravar el problema.
El objetivo de los tratamientos es inhibir la excesiva secreción de andrógenos. La medicación suele durar varios meses antes de que empiece a desaparecer el vello y, en ocasiones, puede obligar a una dependencia crónica del tratamiento. "A veces conviene combinarlos con cuidados estéticos para que los resultados sean más rápidos y duraderos", explica Ordás.
"Es cierto que las mujeres temen, a veces, iniciar un tratamiento con hormonas, pero teniendo cuidado no presenta efectos secundarios peligrosos. A veces, el trastorno es tan leve que no esta justificado un tratamiento", dice García Centenera. "La paciente debe valorar los posibles efectos, como la imposibilidad de un embarazo a medio plazo"
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