El liberal Ernesto Samper se perfila como nuevo presidente de Colombia
El liberal Ernesto Samper se perfilaba esta madrugada como el nuevo presidente de Colombia. Contabilizados 6.075.539 votos equivalentes al 78,4% de los sufragios depositados en 47.502 mesas electorales en todo el país, el candidato de la formación en el Gobierno, el Partido Liberal, ganaba en esta segunda vuelta electoral por más de 100.000 votos al conservador Andrés Pastrana, quien se había postulado como suprapartidista.
Los resultados oficiales definitivos se demorarán un tiempo. La dificultad para comunicarse con 497 poblaciones perdidas en la extensa geografia de la Amazonia, el litoral Pacífico y la cordillerá andina, prolongará por una o dos semanas los datos definitivos sobre el 100% de los votos, advirtió el registrador Luis Camilo Osorio, máxima autoridad de los comicios. Ante la apretadísima diferencia en la primera vuelta del 29 de mayo, cuando Samper ganó por menos de 19.000 sufragios, y la paridad en la intención de voto detectada por los sondeos, la ventaja de Samper ayer parecía romper ese empate que se había pronosticado al inicio del día.Aunque la abstención descendió con respecto a la primera vuelta, cuando la votación total fue de 5,7 millones de papeletas para 18 candidatos en liza, el bajo margen de electores sigue cuestionando la tradicional estabilidad democrática colombiana y pone en entredicho, de alguna forma, la capacidad del Estado para asentar su legitimidad.Es posible que surjan dificultades para un Gobierno al que no se siente vinculada la mayoría de la población, más aún si es cierta la apreciación de que la abstención en Colombia no refleja apatía política sino que expresa protesta contra un sistema estable pero excluyente en el que no han podido insertarse terceras fuerzas, como se evidenció en esta campaña. Además, en esta ocasión el mundial de fútbol, que se celebra en Estados Unidos, ha jugado en contra de las urnas, pues apegó a muchos colombiános al televisor desinteresándolos de la política.Las propuestas de Samper, originalmente con un enfoque socialdemócrata, y las de Pastrana, con énfasis neoliberal, acabaron pareciéndose mucho; hay quienes coinciden con la revista humorística Semama, que presentó en su portada un celebrado fotomontaje de los rostros de ambos candidatos bajo el título Pastramper.Gobernar al Parlamento
En el contexto de debilidad que se vislumbra para el próximo Gobierno, Samper tendría a su favor la mayoría parlamentaria. En las legislativas del 13 de marzo, el Partido Liberal logró el 43,1 % de los escaños; el Partido Conservador, el 17,3%, y el 39,6% restante quedó repartido entre minorías como el M-19, el Partido Comunista y organizaciones protestantes e indígenas.
Ésta, sin embargo, es una ventaja relativa en un régimen presidencialista como el colombiano, donde el Parlamento tiene poca tradición y autonomía y generalmente se pliega a los proyectos gubernamentales, sin tener en cuenta la afiliación partidista del mandatario.
Hay quienes consideran que Samper, a quienes sus asesores definen como "esencialmente ideológico", se enfrentaría a una conflictiva situación al formar su virtual Gobierno. Sin embargo, se le reconoce gran capacidad negociadora y de conciliación, con lo que supliría el carisma y poder de convocatoria que caracteriza a Pastrana. Tanto Samper como Pastrana integrarían gabinetes con cuota para ambos partidos tradicionales pero Samper, probablemente, entregaría un ministerio a alguna de las minorías políticas.
El economista independiente Jorge Child estima que "la debilidad del Gobierno elegido se manifestará en soluciones coyunturales, oportunistas, ya que no podrá imponer un programa más o menos estable".
Un reto más le corresponderá al nuevo mandatario: mantener o superar el prestigio con el que Gaviria concluye su mandato el 7 de agosto, cuando pasará a asumir la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA). El 56% de respuestas a favor de la Administración de Gaviria que registró un reciente sondeo de opinión no alcanza a reflejar un cierto malestar social, que se insinúa entre los sectores más pobres de las población, consecuencia del plan de ajuste y liberalización de la economía que impuso con éxito en sus cuatro años de Gobierno.
Posiblemente la situación de inconformidad cobrará mayores dimensiones en el transcurso del primer año del nuevo Ejecutivo, que recibe un país con índices macroeconómicos positivos, pero con un crecimiento del desempleo. La mejoría de las cifras aún no ha llegado al bolsillo de los ciudadados.
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