El español cuyo hijo fue golpeado por un policía inglés denuncia amenazas

Manuel Peña Romero, que hoy cumple 56 años de edad, era un ciudadano modelo en la pequeña población de Minehead, en Somerset (Inglaterra), a la que llegó desde Alicante en 1962. En menos de 24 horas, el tiempo que tardó en saberse que los jueces locales le habían dado la razón en la querella presentada contra un policía por golpear a su hijo, ha cambiado su vida. Llamadas telefónicas insultantes recibidas en su domicilio o en el restaurante de su propiedad, amenazas violentas y el rechazo de parte de los 10.000 vecinos de la localidad le han decidido a ponerse en contacto con este periódico.

El caso que afecta a la familia Peña ha tenido especial notoriedad en los tabloides británicos a raíz de hacerse pública el martes la sentencia de los magistrados de Somerset, que condenaron al policía de 42 años Steve Guscott a una multa de 20.000 pesetas y a pagar una indemnización de 10.000 al hijo menor de Peña, de 14 años de edad, al que había abofeteado en marzo cuando jugaba en la calle con una pandilla de amigos. "Nunca en la vida había te nido ningún problema aquí. La gente me acogió desde el principio maravillosamente. Pero desde que se ha sabido que los jueces nos han dado la razón en la querella contra el policía, parece que se han alterado los ánimos. Lo estamos pasando fatal. Anoche nos llamaron para anunciar que van a colocarnos una bomba en el restaurante", dice alterado Peña Romero..

La versión de los hechos que da Peña difiere notablemente de la publicada por la prensa británica. "Mi hijo es un chaval tranquilo, no hace mucho que se ha recuperado de una meningitis que estuvo a punto de costarle la vida. Él estaba jugando con unos chavales y parece ser que otro grupo de críos pequeños empezó a llamar al timbre de la casa de los señores Campbell para, acto seguido, salir corriendo. Fíjese usted que cosa tan grave. Lo mismo que hemos hechos los niños toda la vida. Pero llegó este policía, que es famoso por maltratar a los niños, que ya ha protagonizado muchos episodios violentos, y alcanzó a mi hijo, que fue el único que no salió corriendo, y le abofeteó salvajemente", concluye el padre.

Según Peña, nadie hasta ahora se había atrevido a denunciar al agente Guscott, padre a su vez de dos niños pequeños. Ni siquiera lo hizo él mismo pese a que confiesa: "Hace cuatro años pegó a otro de mis hijos".

Lo cierto es que la multa y una posible inhabilitación como policía, han convertido al agente Steve Guscott en poco menos que un héroe para los vecinos de Minehead.

Desde que el martes pasado se supo en esa localidad su condena, el bobby ha recibido decenas de llamadas telefónicas de apoyo. Muchos de los comunicantes se han ofrecido además a pagarle la multa impuesta por los jueces, lo que en este país equivale a un acto de amor sin límites.

Manuel Peña, casado con una inglesa y padre de cuatro hijos varones entre los 14 y los 26 años, espera que la borrasca amaine y sobre todo espera poder contar muy pronto a los medios de comunicación británicos su propia versión de tan polémicos hechos.