Riñas fronterizas

Unos reporteros de una cadena de televisión brasileña se fueron al Congreso de su país con un balón de fútbol con el ánimo de filmar las habilidades de sus señorías. Grabaron a uno, luego a otro, hasta que la fiebre mundialista se apoderó de unos cuantos y organizaron una pachanga, un partidillo, en uno de los venerables salones. Tal fue el estrépito que, como en los colegios: llegó corriendo el director general del Congreso y ordenó a la policía que requisara el balón. "Esto no acabará así", amenazó el director general. "Informaré al presidente de esta falta de respeto al Parlamento".

Tantos ministros rumanos piensan acudir al Mundial a expensas de los fondos públicos, que la prensa del país balcánico ya ha puesto el grito en el cielo. "Nos representará en Estados Unidos un Gobierno en el exilio", afirmaba el diario Adevarul.