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El ex consejero de Cultura segura que en el Gobierno de Hormaechea jamás se votaba

El ex consejero de Cultura de Cantabria, Rogelio Pérez Bustamante, para quien el fiscal pide 20 años de inhabilitación por dos delitos de prevaricación y uno de malversación, además de intelectual riguroso es un fervoroso escarmentado de la política; Hormaechea le llamó a su Gobierno en julio de 1987 y lo relevó a petición propia en octubre de 1989. "De esa época", reveló ayer en la segunda jornada del reanudado juicio que se sigue contra el presidente regional y nueve de sus ex consejeros, "guardo un recuerdo desdichado. Algunos políticos se creen aquí en Cantabria con derecho a traspasar los umbrales del respeto a las personas, a los seres humanos".Siempre se dijo que Hormaechea, hombre de filias y de fobias, sentía desprecio por él. Pérez Bustamante desmintió ayer en sus declaraciones al fiscal que las decisiones en el Consejo de Gobierno se tomaran colegiadamente, "todos a una como Fuentcovejuna", según había puntualizado el miércoles mientras carraspeaba el presidente regional. *'Señor fiscal", se oyó decir al ex consejero, "mientras permanecí en el Gobierno regional no tengo consciencia de que se hubiese votado nunca una sola cuestión. Existía una cierta filosofía sobre el ejercicio presidencial del cargo. Lo repito: ante mí, nunca se votó. El oficio político del presidente del Gobierno le daba pie más o menos a saber de qué iban todas las cosas. Soy sincero: a mí se me escapaban la mayor parte de los asuntos que allí se trataban. Los expedientes no se llevaban al Consejo, sino unas carpetas que contenían notas y datos. No tengo memoria de que un consejero hubiera planteado allí que sobre una cuestión determinada existieran dudas o informes en contrario".

Pérez Bustamante es el único de los procesados que ha accedido a someterse a las preguntas de la acusación privada. El aboga do Benito Huerta le preguntó so bre si, desempeñando su cargo, fue consciente de que con la in coación del expediente de interés de conjunto cultural de la zona de Las Llamas, antes que defenderse el entorno, se bloqueaba la concesión de licencias de construcción entrándose en colisión con intereses de ciertas personas. "Yo no fui consciente de nada", respondió candorosamente el in terpelado. "Sólo sabía que había un conflicto de intereses, un transfondo de dolorosas discrepancias entre el Ayuntamiento [ya regentado entonces por Manuel Huerta] y la Diputación, y que el presidente Hormaechea resolvió como juzgó conveniente.

También declaró ignorar que una parcela vendida a una sociedad en la que participaba un cuañado de Hormaechea, el constructor burgalés Juan Renedo, fue segregada de las delimitaciones del plan. "Nunca escuché a Hormaechea en el Consejo hablar de personas ni de parcelas ni de mapas".

El ex consejero José Parra, que se enfrenta a 33 años de inhabilitación especial, discrepó. La propuesta para la creación del plan Las Llamas, según él, la llevó a cabo la Consejería de Cultura y el tema fue debatido en el seno del Ejecutivo y suscitó un total ¡asentamiento. Pero seis años después, Parra cometería, a seguido, la pifia de responder que él no había estado presente en aquella sesión.

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