Occidente prepara sanciones en respuesta al desafío nuclear de Corea del Norte
"Preocupante", según Washington; "muy seria" según Moscú; "grave" según Tokio; "irresponsable" según Seúl. La decisión de Corea del Norte de retirarse del OFEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica), confirmada ayer por un comunicado del Gobierno de Pyongyang, ha suscitado un coro internacional de protestas y ha acelerado la estrategia occidental para la adopción conjunta de sanciones. Tal medida, afirmaron ayer las autoridades norcoreanas, supondría la retirada inmediata del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
El Ministerio de Asuntos Exteriores norcoreano hizo público ayer un comunicado en el que acusa al OIEA -que había suspendido el día anterior su colaboración técnica con el Gobierno de Pyongyang- de "perjudicar la dignidad y la soberanía" del país, "en conformidad con la política norteamericana". "Somos capaces de desarrollar con total independencia nuestra industria de la energía nuclear y de avanzar en nuestra cooperación internacional en este campo sin el OIEA", reza el texto."Es un signo claro de que Corea del Norte no tiene interés en una solución", comentó ayer a EL PAÍS un alto funcionario del Departamento de Defensa norteamericano, quien advirtió que, tras la actitud del régimen de Pyongyang, Estados Unidos está decidido a seguir adelante con sus planes de sanciones económicas, al mismo tiempo que "no excluye una acción militar". El funcionario, que pidió no ser identificado, dijo que su Gobierno "no planea en absoluto una invasión de Corea del Norte", pero confirmó que EE UU "está reforzando sustancialmente" su capacidad militar en Corea del Sur.
Aunque la fuente no quiso dar detalles sobre las acciones militares que se estudian en Washington, anteriormente se había mencionado la posibilidad de un ataque aéreo limitado contra las plantas de producción nuclear en las que se sospecha que se puede estar construyendo armamento atómico, particularmente la de Yongbyon. EE UU tiene 35.000 soldados en Corea del Sur, la mayor parte de ellos en la frontera con el norte. Sin embargo, el 90% de las fuerzas en una eventual guerra lo aportaría el Sur. "No se trata de una operación del tipo de Kuwait, donde actuó básicamente un ejército extranjero", dijo el funcionario.
El presidente norteamericano, Bill Clinton, y su homólogo ruso, Borís Yeltsin, conversaron por teléfono del tema en la noche del lunes, y sus ministros de Asuntos Exteriores, Warren Christopher y Andrei Kózirev, respectivamente, analizarán directamente el problema, probablemente hoy o mañana, durante una reunión en Bruselas.
Yeltsin insistió ante Clinton en su propuesta de celebrar una conferencia internacional para abordar la crisis. Según la agencia oficial Itar-Tass, Yeltsin dijo ayer que se había alcanzado un acuerdo para "vincular la celebración de una conferencia internacional y la adopción de posibles sanciones por etapas contra Corea del Norte".
Defensa civil en Seúl
Los gobiernos de Tokio y Seúl expresaron también ayer su preocupación, según informan las agencias de prensa. La tensión ha llevado al Gobierno surcoreano a organizar para hoy una gran maniobra de defensa civil, con la movilización de una parte de los 6,6 millones de reservistas, la evacuación de civiles hacia refugios y el paro total e la circulación durante 10 minutos. En la capital, todos intentan hacerse con máscaras antigás y quienes pueden tratan de conseguir en el mercado negro las que los norteamericanos usaron en la guerra del Golfo.Por su parte, el primer ministro japonés, Tsutomu. Hata, aseguró ayer a Clinton, en una conversación telefónica, que su país apoyará "de manera responsable" y "en los límites de la Constitución" eventuales sanciones de la ONU contra Corea del Norte. El Gobierno de Tokio, que calificó de "contraria a la voluntad internacional" la medida del régimen de Pyongyang, pidió a éste que reconsiderara su decisión.
La embajadora estadounidense en las Naciones Unidas, Madeleine Albright, anunció precisamente ayer que su país presentará esta semana -quizás hoy mismo- a los demás miembros del Consejo de Seguridad de la ONU el borrador de resolución de sanciones contra Corea de[ Norte. El proyecto norteamericano es el de aplicar las sanciones de forma escalonada. En. una primera fase éstas serían de carácter casi puramente simbólico, y sólo en una fase posterior incluirían el dinero (alrededor de 1.000 millones de dólares al año) que la poderosa comunidad coreana de Japón envía a sus familiares en Corea del Norte, lo que- constituye la principal fuente de divisas de ese país en la actualidad.
Pero para ir adelante con las sanciones, Estados Unidos necesita el apoyo de China, que posee derecho a veto en el Consejo de Seguridad. El Gobierno chino informó ayer que había "tomado nota" de la decisión de Pyongyang, pero se negó a cualquier comentario al respecto.
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