Occhetto dimite como líder del principal partido de la izquierda italiana tras su fracaso en las urnas
Achille Occhetto, turinés de 58 años, dimitió ayer como secretario del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), que él mismo había contribuido a crear en 1990, como una transformación radical del histórico Partido Comunista de Italia (PCI). La dimisión de Occhetto, debida al fracaso del PDS en las elecciones europeas, no es un gesto aislado en un panorama devastado por el triunfo arrollador de Silvio Berlusconi. También dimitió ayer Ottaviano del Turco, secretario socialista, y el propio Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, sufre la presión de unos resultados aún peores que los de los ex comunistas.
La dimisión de Bossi fue, sin embargo, descartada por Fracesco Speroni, uno de sus fieles. y ministro para las Reformas Institucionales, en tanto que la de Del Turco pasaba casi desapercibida para los propios medios de comunicación italianos. El Partido Socialista Italiano (PSI), que durante una década fue el eje de sucesivos Gobiernos con una cuota electoral de en torno al 14%, ha quedado convertido en un fuerza residual de poco más del 1% de los votos e incapaz ya de hacer historia.En cambio, la dimisión de Occhetto es todavía un síntoma de la rápida evolución de la política italiana. Con ella, se había especulado ya tras la derrota de la izquierda en las elecciones generales del pasado 27 de marzo, una prueba que, sólo dos meses antes, el bloque progresista consideró indudablemente ganada hasta que se presentó Berlusconi y dislocó todas las estrategias.
Las peticiones de dimisión de Occhetto, que había personalizado la mayor parte de la campaña, surgieron de sectores próximos al partido, más que de su núcleo central. Un afín al PDS como el filósofo Massimo Cacciari, alcalde de Venecia, fue el primero en decir en público que Ochetto era como un boxeador derribado y que había que sacar las consecuencias. Paolo Flores d'Arcais, otro intelectual de la izquierda, se sumó a la campaña por la dimisión de Occhetto.
Circularon incluso nombres de posibles sucesores, comenzan do por el del propio Cacciari aunque éste más como líder de una futura agrupación de izquierdas que del partido ex comunista. También se habló de Massimo D'Alema, el número dos de Occhetto, que desmintió roces con su jefe y fue considerado enseguida demasiado vincula do a la anterior etapa como para haber estado al margen de los errores y poder pilotar otra nueva.Giorgio Napolitano, el elegante y veterano líder del centro ex comunista que presidió la Cámara durante la anterior legislatura, fue un candidato lanzado prácticamente por Berlusconi cuando se levantó a felicitarle, con un apretón de manos, por el discurso de oposición leal que pronunció durante el debate de investidura.
Finalmente, como candidatura del relevo generacional, ha circulado la de Walter Veltroni, un hombre de apenas 40 años que: dirige con éxito L'Unitá, el periódico del PDS, y cuyo curriculum es casi totalmente ajeno a la antigua dirección comunista.
Estos mismo nombres volvieron a correr ayer, cuando, sobre las 15.30 horas, llegó la dimisión de Occhetto, pese a todo, por sorpresa, y después de que tanto Caccian como Flores d'Arcais volvieran a pedírsela.
Occhetto dimitió mediante una carta dirigida a la presidente del Consejo Nacional del PDS, Giglia Tedesco, en la que afirma que el motivo concreto de su renuncia es "evitar que la fuerte innovación y la investigación política de la que precisa el partido vengan falseadas con el pretexto de una discusión que verse exclusivamente sobre el líder".Sin calendario
No obstante, lo primero que tendrá que hacer el PDS será elegir un sucesor mediante un procedimiento complicado que ayer todavía no admitía calendario ni fechas precisas. El secretario del PDS no es elegido por el congreso del partido, que se preparaba para el próximo mes de octubre, sino por la mitad más uno de los votos de 500 integrantes de su Consejo Nacional.
Para la convocatoria del Consejo Nacional se requiere que se reúnan previamente la secretaría del partido, la cual, a su vez, convoca la coordinadora política y, ésta, a la dirección, que tiene ya una reunión prevista para el próximo 20 de junio. Es la dirección la que convoca al Consejo Nacional.
Achille Occhetto tiene a sus espaldas una larga vida de funcionario del PCI que desarrolló sus pasos fundamentales en Sicilia para llegar a la dirección del partido sin apoyos decisivos de las alturas. Ocupó el puesto de Enrico Berlinguer en 1988, cuantro años después de la muerte del líder eurocomunista.
Nadie puede negarle la visión de haber impulsado la transformación de su partido, cuando la caída del muro de Berlín era aún imprevisible. Se le critica, en cambio, por su escaso carisma y falta de decisión y, sobre todo, por no haber sabido responder al desafío de Berlusconi.
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