Carta de un lector de 'Eguin'
Los políticos deforman la realidad para no presentarla desnuda; los periódicos y televisiones la adaptan según los intereses de la empresa, y los ciudadanos hacemos una composición de lugar sobre este encaje de bolillos. ¿Cuál puede ser la relación final de nuestro concepto de la realidad con respecto a la realidad? ¿Y de nuestro concepto de política con respecto a la política? ¿Y de nuestro concepto de democracia con respecto a la democracia? La relación final será tópica, epidérmica, aleatoria, pero nada sustancial.Yo creo que vascos y catalanes hace tiempo que venimos apostando por un punto de vista diferente al estadocéntrico que algunos insisten en sacralizar para los asuntos mundiales. Las relaciones transnacionales, que implican agentes no centralistas: con estas tendencias no se rompe absolutamente nada que no se pueda romper por aparatoso e inservible, sólo se mira abiertamente y sin complejos a un futuro que está ante nuestras narices.
Frente a esta actitud se puede tomar desde Madrid la política de no tomar política alguna. Pero si nosotros actuamos y avanzamos cultural, política y económicamente, soltando ataduras que el contexto europeo propicia, lo que ustedes no podrán hacer es que no sea lo que está siendo. Y si asentaran más a menudo sus juicios y planes sobre esta realidad, nos iría mejor a todos.
Pero todo gobernante necesita tiempo para pensar que hay tiempos nuevos, habría que decir parafraseando al conde de Romanones. Quizás por eso el trance esté siendo tan enormemente trágico. Somos muchos los lectores de Egin que estamos hartos de tanta violencia, pero ¿contra qué ley verdadera vamos que nos impida el reconocimiento de nuestro derecho a la autodeterminación? ¿Cómo se puede seguir dejando en manos del CESID el control de esta dialéctica mientras callan los que deberían investigar constitucionalmente y parlamentar?- Navarra.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.