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" El 'no' y el 'si' empatados a dos días del referéndum en Austria

A 48 horas del referéndum que decidirá el ingreso de Austria en la Unión Europea (UE) se libra en la república alpina una de las más feroces batallas políticas y propagandísticas en la historia de la II República. Hasta hace una semana, los sondeos de opinión pronosticaban un 55% del voto de los 5,3 millones de votantes a favor del sí. Sin embargo, las últimas encuestas, que han hecho temblar al Gobierno, revelan que aunque la tendencia de la mayoría del 38% de la población indecisa está por el sí, sólo un 31% apoya el ingreso incondicionalmente y otro 31% lo rechaza.

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Los opuestos al ingreso de Austria en la UE están unidos en una involuntaria alianza de extremistas de derechas, comunistas y verdes, que ha movilizado a agricultores, obreros e intelectuales. El Gobierno de coalición de socialdemócratas y democristianos ha tildado a los grupos anti UE de gestores de una "irresponsable campaña del terror". Por su parte, la advertencia del ministro de Finanzas, Ferdinand Lacina, de que los impuestos subirán considerablemente si el referéndum tiene resultados negativos ha sido calificada de chantaje por la oposición.La campaña por el no, que ha mezclado las críticas racionales con especulaciones que apelan a las emociones, movilizó al Gobieno en un efectivo contragolpe. El domingo pasado, la televisión estatal emitió un programa desde el hospital de Innsbruck, la capital de Tirol, donde convalecía el ministro de Asuntos Exteriores, Alois Mock, de una operación de columna vertebral. En la entrevista, el político, uno de los más populares del país, deteriorado y visiblemente enfermo, apeló a los ciudadanos a que votaran sí. "Si el resultado es negativo", dijo, "no habrá hambruna, porque nuestro país es fuerte, pero las próximas generaciones sufrirán muchas desventajas".

Las respuestas del Gobierno a las inquietudes de los agricultores, que temen la política agraria de la UE, y a las de los habitantes de Tirol, que sufrirán un considerable aumento del tránsito de camiones de carga por la ruta alpina, han sido vagas. Freda Meissner-Blau, ex candidata presidencial y líder del Movimiento Cívico anti UE, advierte que las emisiones de gases de los vehículos de la Unión "asfixiarán a la población de los Alpes" y asegura que los criterios de la UE "son primero económicos y después humanos".

La ex candidata presidencial rechaza el argumento del Gobierno de que la república alpina quedará marginada de Europa si gana el no: "¿Por qué hablar de aislamiento si durante 50 años no hemos estado aislados?", se pregunta, y advierte finalmente que "un 94% de la población mundial vive fuera de la UE. ¿Cree usted que todos ellos están aislados?".Propaganda masiva

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La discusión sobre los pros y los contras de "esta decisión del siglo", según el Gobierno, ha saturado la vida nacional. Las calles de todas las poblaciones están repletas de carteles propagandísticos. En las vitrinas de las tiendas se han desplegado banderas europeas, en las calles se reparten globos de color azul y durante el pasado fin de semana se vendían en quioscos callejeros especialidades culinarias de los Doce.

El Gobierno instaló el Teléfono Europeo, que recibe 5.000 llamadas diarias, para calmar las inquietudes ciudadanas. Las preguntas de los austriacos, que en un 54% se sienten "muy mal informados", van desde el temor a que les reduzcan las jubilaciones a la mitad hasta la radiactividad de los pepinos de la UE.

La perspectiva de que los resultados del referéndum austriaco -que influirán en los de Finlandia, Noruega y Suecia en el próximo otoño- sean negativos se ha convertido en una pesadilla para el Gobierno, que actúa cada vez más a la defensiva. Los argumentos de las ventajas económicas del ingreso han sido recibidos con escepticismo por la población de la república alpina, que registra mejores índices económicos que el promedio de los países de la UE. "En Austria tenemos un paro de un 5,4%", advierte Meissner-Blau., "Mientras que en los Doce el promedio de paro es de un 11,6%".

La opinión pública se ha calmado después de las promesas del Gobierno de que no habrá aumento de impuestos para pagar a Bruselas el primer año 29.000 millones de chelines (336.500 millones de pesetas), y en 1995, 33.400 millones.

En un reciente estudio del Instituto de Investigación Económica se asegura que si Austria ingresa en la UE habrá un crecimiento adicional del producto nacional bruto de un 2,7%, se crearán 43.000 nuevos empleos y los precios bajarán un 3%. Los efectos en la economía "no serán demasiado perceptibles", según el mismo estudio, porque la integración económica está "de hecho muy avanzada", con la participación de Austria desde comienzos de este año en el Espacio Económico Europeo.

Por ahora, el referéndum ha afectado a la Bolsa de Viena, que prácticamente se ha paralizado esta semanáa la espera del resultado de la votación, aunque ayer se animó con algunas noticias sobre la posible victoria del sí. Directivos del banco central han advertido que el chelín, la moneda austriaca, "se debilitará" si gana el no.

Uno de los argumentos a favor de la UE más utilizados por el Gobierno es el tema de la seguridad, que, según Mock, "sólo puede ser garantizada por la UE". "No nos podemos olvidar de que Sarajevo está más cerca de Viena que Bregenz [la capital de la provincia de Voradelberg]".

Pero las explicaciones del funcionamiento de una futura política de defensa común que incluya a Austria han sido "insatisfactorias", según la oposición, y la neutralidad, un elemento sacrosanto de la identidad austríaca, "ha sido tirada por la ventana". Hasta ahora, los políticos no han podido precisar con claridad cómo Austria, un país neutral, podrá integrarse al sistema de seguridad europeo, sin ser miembro de la OTAN.

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