Borrell descarta un adelanto de los plazos para liberalizar las telecomunicaciones
En julio habrá concurso para teléfonos móviles y proyecto de televisión por cable
José Borrell, ministro de Obras Públicas, "no querría" irse de vacaciones sin haber convocado el concurso para la licencia de telefonía móvil y sin que el Gobierno dejara aprobado el proyecto de ley de televisión por cable. Pero, junto con la voluntad de hacer deberes, el ministro echó un jarro de agua fría a los inversores que pidieron el adelanto de la liberalización de todos los servicios de telecomunicación, sin esperar a 1998. Este intercambio de criterios con el sector -en el que Borrell no ahorró críticas a la posición liberalizadora del Tribunal de Defensa de la Competencia- se produjo ante más de 300 personas convocadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).
Sobre el modo de adjudicar la licencia de telefonía móvil, Borrell no avanzó nada respecto a la polémica entre subasta y concurso de méritos, aunque recordó que en Italia se combinó la ponderación de distintos criterios -aporte de tecnología, creación de empleo- con el pago por el adjudicatario de 65.000 millones de pesetas.Borrell puntualizó que la Compañía Telefónica debe constituir una empresa filial para gestionar su propia licencia de telefonía móvil, para separar este negocio del resto de la compañía. Sin embargo, defendió que Telefónica no sea sometida a las mismas condiciones que los operadores privados -no sólo en telefonía móvil, sino en todo porque está prestando servicios "que no son rentables, en términos de mercado, en la mitad del territorio español; y desde luego, no vamos a dejar sin teléfono a la mitad de España".
El ministro se mostró tajante al defender un incremento de tarifas de las llamadas locales: "Tras la liberalización, en Londres cuestan tres veces más que en Madrid", alegó.
Sube el teléfono
El calendario expuesto por Borrell se resume así:-En julio de 1994, convocatoria del concurso para el segundo operador de telefonía móvil en modalidad GSM.
-En 1996, licencias para telefonía móvil en modalidad PCN (red de comunicación personal, más útil que la GSM para zonas urbanas).
-En 1997, garantía de cobertura telefónica básica del 100.% del territorio español.
-Mientras tanto, incremento del precio de las tarifas telefónicas "para ajustarlas a sus costos". Eso tendría un impacto inflacionista anual del 0,02%, "es decir, un porcentaje despreciable, puesto que la inflación prevista para este año es del 3,5%".
Una vez que el servicio telefónico esté universalizado y las tarifas ajustadas a los costes, permitir la competencia plena con los privados en 1998. Y en los tres años que faltan, Telefónica debe hacer evolucionar su red actual para que sea capaz de distribuir todos los servicios y no sólo los telefónicos.
Antes de que Borrell expusiera tales criterios, varios empresarios y ejecutivos, que representaban a inversores españoles y operadores extranjeros, habían expuesto sus deseos de una más rápida liberalización de las telecomunicaciones en España, considerándolo como una gran oportunidad de negocio.
Otros muchos participantes defendieron el interés inversor de sus compañías y la necesidad de liberalizar cuanto antes para que eso sea posible. En especial lo expresaron así Carlos Constantiní, presidente de la empresa Airtel -constituida por el Banco Santander y por British Telecom- y Francisco Román, director de Air Touch, una de las operadores estadounidenses
"Adiós al televisor"
El ex ministro Joan Majó, que ahora trabaja como consultor para la Comisión Europea, calentó los ánimos al aseverar que "en menos de diez años desaparecerá el televisor que conocemos en la actualidad". Según él, la recepción de distintas señales' -de televisión, de teléfono, de datos- se simplificará al máximo.Pío Cabanillas, director general de Sogetel -del grupo PRISA- aportó el -punto de vista de los programadores: lo importante no es sólo la gran confluencia de oportunidades tecnológicas, sino lograr que el usuario se interese de verdad por los contenidos. Y para eso, la clave reside en la programación, entendida como televisión, servicios de datos y, a medio plazo, de telefonía. También apostó por el desarrollo del cable, siempre que primen los contenidos.
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