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El Pentágono tendrá que readmitir a una coronel expulsada por lesbiana

Era una enfermera modelo. Margarethe Cammermeyer, coronel con 26 años de servicios en las Fuerzas Armadas y condecorada con una Estrella de Bronce después de haber dirigido unhospital de guerra en Vietnam, tenía un gran futuro. Pero en 1989, en las entrevistas para entrar en el Colegio de Guerra del Ejército, fue sincera sobre su orientación sexual, lo que le costó la expulsión. Ahora han de readmitirla.

No sirvieron medallas ni inmaculados expedientes ni informes de jefes: la coronel Cammermeyer fue expulsada del Ejército en 1992. Ahora, un juez del estado de Washington ha ordenado su readmisión, en una sentencia que supone un revés para el Pentágono y que ha sido saludada con júbilo por las organizaciones de gays y lesbianas. "Me siento como un general que ha ganado una guerra" ha declarado, fiel a su vocación, Margarethe Cammermeyer, de 52 años de edad.El juez Thomas Zilly cree que la expulsión de la enfermera se basó únicamente en prejuicios y que es claramente inconstitucional. "Los prejuicios, ya sean fundados en temores sin justificar, mitos culturales, estereotipos o presunciones erróneas, no pueden sentar las bases de una clasificación discriminatoria". La hoja de servicios de Margaret he Cammermeyer y los informes de sus superiores, entiende el juez, suponen una contradicción evidente con la afirma ción del Pentágono de que las personas de orientación homo sexual son incompatibles con las Fuerzas Armadas.

La enfermera tiene una biografía de sueño americano: su familia huyó de Noruega para escapar de la invasión nazi. Ingresó como enfermera en el Ejército en 1961 y sirvió con todos los méritos en Vietnam. El nacimiento del primero de sus 4 hijos le obligó a abandonar brevemente el servicio, pero volvió en 1972 y fue nombrada Enfermera del Año en 1985. Un año después se trasladó a la Guardia Nacional del Estado de Washington y se fijó como meta la jefatura nacional de los servicios de Enfermería.

En la entrevista previa a su ingreso en el Colegio de Guerra del Ejército, decidió que no tenía sentido mentir a los servicios secretos sobre su orientación sexual. Dijo: "Tengo una inclinación lesbiana, de naturaleza emocional, que no implica actividad sexual". Su suerte estaba echada. El 11 de junio de 1992 la coronel Cammermeyer se convirtió en la persona de más alta graduación apartada del Ejército por razones de orientación sexual.

La actual política del Pentágono ya no requiere preguntas de este tipo pero tampoco elimina la discriminación.

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