Un Orfeo singular
Festival Mozart (Scherzo, Comunidad y Caja de Madrid).Orfeo y Euridice, de Badini y Haydn (1791). Intérpretes: Kelly, Weidinger, Whalte, Bradley, Poblador, Jacobina, Ruiz López y Aguilera. Coro de la Comunidad de Madrid y Joven Orquesta Nacional. Director: Peter Maag. Auditorio Nacional. Madrid, 1 de junio.
Durante mucho tiempo, las óperas de Haydn han constituido algo así como un capítulo secreto de la historia musical. España, que fuera tan devota del autor de Las siete palabras, no representó en sus escenarios líricos principales ningún título de Haydri ni siquiera en el Liceo de Barcelona o el Real de Madrid. La situación fue cambiando lenta y progresivamente, para alcanzar casi remedio a partir del comienzo de los años cincuenta e intensificarse notablemente después de las grabaciones de una docena de títulos, patrocinadas por ocho organismo de la Unión Europea de Radiodifusión, Radio Nacional entre ellos, que se inició en 1974.Una de las óperas más problemáticas de Haydn, Orfeo y Euridice o Lanima delfilósofo, que el compositor no llegó a estrenar, se escuchó en España, en versión de concierto, durante el Festival de Santander, 1990, dirigida por Helmut Rilling, con la orquesta Carlos Felipe Manuel Bach y los Cantores de Stuttgar y un reparto de alta calidad.La ha tenido también ahora en la presentación de la obra en Madrid, dentro del Festival Mozart. Hay que destacar que la Joven Orquesta Nacional de España y el Coro de la Comunidad, se comportaron admirablemente y nos dieron una gran versión de este singular Orfeo, pleno de interés y de belleza. Otra cosa, bien sabida, es que en el teatro, Mozart batió a su admirado Haydn y que cuando éste compone su Orfeo, el salzburgués se acerca al fin de su breve existencia, tras las cimas de La flauta mágica y La clemencia de Tito.Sorprendente tenor
Tuvimos un sorprendente protagonista en el tenor norteamericano Paul Austin Kelly, que sustituyó con toda calidad y en muy poco tiempo al anunciado Kurt Streit; una Euridice matizada y conmovedora en Christine Weidenger (la Fiordeligi, del año pasado) y un impactante genio en la soprano de Hamaica, Gweridolyne Bradley que tan buen Pamina hiciera en la zarzuela con Ros Marbá; a ellos ha de añadirse la efectividad, color y buena línea del bajo Willard Whaite, espléndida la orquesta, seguro y afinado el coro, que juega en esta obra tan importante papel, todos respondieron con presteza a la magistral y animada orientación de Peter Maag. Gran éxito de una sesion que, por sí sola, justificaría el festival.
Babelia
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