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Los cubanos refugiados en la Embajada belga están dispuestos a inmolarse

La crisis de los refugiados en la residencia del embajador belga en La Habana cobró ayer una nueva dimensión al conseguir el grupo de asilados transmitir un mensaje a la prensa extranjera en el cual anuncian su decisión de "inmolarse" antes que salir a la calle o entregarse a las autoridades. "Estamos dispuestos a dejar de vivir en Cuba, aunque para lograrlo tengamos que cumplir cadena perpetua en este lugar o incluso morir", dice el grupo de 124 cubanos en una misiva dirigida al papa Juan Pablo II y a los embajadores acreditados en Cuba.

Los refugiados afirman que debido a la falta de alimentos "ya se ha comenzado a deteriorar la salud de varias personas", y denuncian que en la madrugada del martes efectivos de la policía simularon un intento de asalto a la residencia con el fin de intimidarlos.Los refugiados consiguieron sacar de la residencia de Paul Vermeisch cuatro comunicados redactados correctamente y sin errores ortográficos. Uno de ellos , dirigido al presidente de la Fundación Nacional Cubano-Americana, Jorge Mas Canosa, y a varios congresistas cubanoamericanos de Florida, asegura que la mayoría de los que se encuentran dentro del recinto diplomático son ex presos del país y opositores políticos, y que esta razón les obliga "a salir del país o a morir resistiendo". "No tenemos otra alternativa", dice el comunicado, que pide "garantías absolutas" para salir de Cuba como condición innegociable para abandonar la residencia diplomática.

La carta dirigida al Papa informa que la acción de penetrar en la Embajada belga fue cuidadosamente planeada por "responsables de grupos opositores y de derechos humanos", y que fue llevada a cabo "con la decisión irreversible de abandonar el país mediante la vía de asilo político en el extranjero, debido a la dificil condición de nuestras vidas y constante hostigamiento por parte de la policía política de Cuba".

Los refugiados afirman que en las actuales circunstancias ya no tienen "nada que perder", y explican que el incidente es una "demostración de la desesperada situación de los cubanos, quienes sólo tienen la opción de vivir en el caos y la pobreza o arriesgar sus vidas en balsas".

En otro documento dirigido a la prensa extranjera, el grupo de asilados acusa a los cuatro cubanos que penetraron en la residencia del embajador belga el domingo a las cinco de la madrugada de ser agentes de la seguridad del Estado infiltrados para sembrar la discordia en el grupo inicial. Los refugiados señalan que es muy extraño que estas cuatro personas -una de las cuales abandonó el recinto horas después- pudiesen entrar a la casa cuando ya el cerco policial en los alrededores del lugar era considerable.

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Despliegue policial

Por otro lado, los refugiados denuncian que el martes a las dos de la madrugada varias decenas de efectivos de las tropas especiales, llamados popularmente las avispas negras, debido al color de su uniforme, se desplegaron en las cercanías del parque Zapata, frente a la residencia de Vermeirsch, y corrieron estrepitosamente, arrastrando escaleras y ganchos, con el objetivo de intimidarlos y romper psicológicamente al grupo para que salieran.

"No lograron hacerlo", dicen los refugiados en su comunicado, "dada la rápida intervención del embajador, quien nos trasladó del garaje donde estábamos hacinados hacia sus propias habitaciones dentro de la residencia, ubicando así a las mujeres y los niños en la planta baja y a los hombres en la azotea". Si bien esta versión coincide con el movimiento observado por la prensa en la madrugada del martes en la residencia de Vermeirsch, quien a las dos de la mañana condujo a un grupo de 40 refugiados a la terraza principal de su casa, la hipótesis de un intento de asalto a la Embajada no ha sido confirmada por ninguna fuente diplomática de la Unión Europea.

Un alto funcionario del Gobierno cubano confirmó a EL PAÍS que las fuerzas del orden público hicieron "un ejercicio defensivo" el martes de madrugada, pero con el objetivo de proteger la Embajada y no de intimidar a nadie. "El ejercicio duró 12 minutos y su fin era garantizar la seguridad del recinto diplomático ante otros posibles intentos de ingresar en la residencia", expresó la fuente, que añadió que "en ningún momento se tuvo. la intención de violar la integridad de la residencia belga". "Quien está violando esta integridad son las personas que están allí metidas", concluyó la fuente.

Mientras tanto, el miércoles llegó a la isla un enviado especial del Gobierno belga para continuar las negociaciones con las autoridades cubanas. Fuentes de la Cancillería dijeron a este diario que, pese a que no conocían el comunicado de los refugiados, Cuba reiteraba que ninguno de los que se encuentran en la residencia de Vermeirsch será perseguido tras salir voluntariamente.

Dado el deterioro de la situación dentro de la Embajada belga, fundamentalmente en el aspecto de la alimentación, las esposas de algunos embajadores de la UE iniciaron la llamada operación sandwich, que consiste en que las diplomáticas europeas elaboran cada día bocadillos para el grupo de refugiados.

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