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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Fuga ante Fidel

LA ACCIÓN de los 114 cubanos (entre ellos 34 mujeres y 24 niños) que se introdujeron el sábado pasado en la residencia del embajador de Bélgica en La Habana es un nuevo síntoma del grado de desesperación al que está llegando la población de la isla ante una situación económica cada día más angustiosa. No es la primera vez que se produce un hecho semejante; varias embajadas, entre otras la española, han conocido casos del mismo género en los últimos años.Son miles los cubanos que se embarcan cada año de forma ¡legal para intentar alcanzar Estados Unidos; no todos tienen éxito, pero es una sangría continua en la que el peso de los sectores jóvenes, y con una formación terminada, es cada vez mayor. Entre las causas que empujan a la gente a buscar como sea una forma de mar charse al extranjero es determinante la falta de alimentos y la carencia de todo lo esencial para la vida. Mucho más que la falta de libertad o razones de tipo ideológico.

¿Qué va a ocurrir con los refugiados en el jardín de la embajada belga? Por ahora, el Gobierno de Bruselas se ha negado a conceder visados. Considera que deben volver a sus casas y gestionar luego los documentos necesarios para. marcharse al extranjero. Comparte así la postura del Gobierno cubano. Una salida directa de los refugiados desde la embajada podría incentivar a muchos miles de cubanos a acciones desesperadas similares y abrir una crisis de muy dificil solución. En todo caso, forzar a los refugiados a que regresen a sus casas para gestionar desde allí su salida de Cuba sería un acto de cinismo si la embajada belga no tiene garantías de que no sufrirán represalias y sus visados serán tramitados con presteza.

Están en marcha ciertas reformas económicas necesarias para intentar aproximar a Cuba a la economía mundial. Pero éstas tienen efectos durísimos sobre la ya misérrima suerte de la población. Sin una apertura política que abra espacio para nuevas fuerzas capaces de generar esperanza, lo único que la reforma consigue es constatar que todo sigue igual, pero que la población vive aún peor. El inmovilismo ideológico de Fidel llega así a nuevas cotas de irracionalidad. Entre la población suscita indignación y provoca actos desesperados que pueden acabar en situaciones explosivas.

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