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Leguina presenta en la fábrica El Águila el proyecto cultural más ambicioso de su mandato

El PSOE invita a los arquitectos a transformar unas naves en un 'híper' de las artes

José Manuel Romero

Cerveza y patatas fritas para presentar en sociedad "el proyecto cultural más ambicioso de esta legislatura": el hipermercado de las artes y las letras. La antigua fábrica de cervezas El Águila, un edificio neomudéjar de principios de, siglo clavado en el distrito de Arganzuela, festeja hoy su próxima transformación en un gran centro cultural. Allí coincidirán galerías de arte, salas de teatro, minicines, la biblioteca del distrito y pequeños comercios. La consejería de Educación y Cultura convocará un concurso de ideas para que los arquitectos presenten sus diseños del nuevo centro.

Los 30.000 metros cuadrados dedicados a la producción de cerveza hasta hace dos décadas se remozarán para inventar, en el distrito más pobre del centro de Madrid, un hipermercado cultural.La consejería de Cultura ha gastado 9,5 millones de pesetas en estudiar las carencias de equipamientos en la región para poder decidir los contenidos de la fábrica de cervezas. Tiene otros 250 millones para iniciar este mismo año algunas obras en la industria de Arganzuela: rehabilitación de fachadas y renovación de las infraestructuras de servicios. En los próximos días se publicará la convocatoria de un concurso abierto con selección previa para que los arquitectos presenten sus ideas para intervenir en los inmuebles de El Águila.

En el primer trimestre de 1995, resuelto ya el concurso, podrán iniciarse los trabajos definitivos -3.000 millones de inversión prevista- para crear el primer equipamiento cultural, por tamaño y servicios, de toda la región. En julio de 1996, el "centro de las artes y la cultura de la Comunidad de Madrid" podrá inaugurarse.

4.000 personas invitadas

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Joaquín Leguina, presidente regional, y Jaime Lissavetzky, consejero de Educación y Cultura, explican hoy en sociedad la decisión del Gobierno regional sobre los contenidos culturales -teatros, cines, salas de arte, auditorio, biblioteca y talleres de ensayo- que se encargarán de recuperar estas naves jubiladas de la calle de General Lacy. Unas cuatro mil personas han sido invitadas al acto. Los 179 alcaldes de la Comunidad de Madrid y los empresarios y trabajadores de la industria cultural han sido convocados a un festejo aderezado por un vídeo sobre los planes regionales para el edificio que se proyectará en cuatro pantallas gigantes y una actuación de un grupo de danza.

El Partido Popular ha colaborado activamente para hacer realidad una idea anunciada hace más de un año. Las autoridades municipales del PP han hecho posible la construcción del nuevo centro tras modificar algunas normas urbanísticas que limitaban la capacidad de actuar en la zona.

El acuerdo final obliga a los propietarios de la cervecera a regalar su manzana principal a la Comunidad, pero consiguen a cambio que otras parcelas de su patrimonio -calificadas para uso industrial- sirvan ahora para levantar viviendas.

Izquierda Unida, que permite con sus 13 votos en el Parlamento regional que los socialistas gobiernen sin problemas en la Comunidad, no está de acuerdo con la operación. "Madrid necesita un gran centro cultural, pero no a ese precio. Con la excusa de permitir la construcción del equipamiento, el Ayuntamiento, apoyado por la Comunidad, ha recalificado unos terrenos industriales de Alcatel para que se puedan construir viviendas", dice Javier Doz, diputado regional de IU. "Y eso significa el desmantelamiento industrial de Arganzuela, a lo que nos oponemos".

En Educación prefieren no contestar. "IU apoyó este proyecto cuando lo explicamos en la Asamblea de Madrid. Respecto a la recalificación de terrenos de Alcatel, nosotros no sabemos nada", explica Ramón Caravaca, viceconsejero de Educación y Cultura.

Los gastos de mantenimiento del centro se recuperarán con los ingresos por alquiler de locales.

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