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"México es Cortés y Moctezuma"

En La conquista de México, un extenso trabajo que ocupa casi 900 páginas, el historiador británico Hugh Thomas cuenta la aventura de Hernán Cortés y sus hombres, las características del imperio perfectamente organizado que se encontaron cuando desembarcaron en México, las razones internas por las que los dos imperios chocaron con el resultado que conocemos.No sería raro leer en el fondo de este trabajo, hecho a pie de documentación, mucha de la cual ha sido consultada ahora por primera vez, una posición crítica en la que el historiador británico rompe mitos, como el de la inocencia del buen salvaje referida a los indios americanos, o la del mal salvaje, burdo e ignorante, referida a la figura de Hernán Cortés.

El libro, que acaba de publicar la editorial Planeta, contesta y corrige el clásico de Prescot, y además del torrente de documentación nueva aportada en él por Hugh Thomas, plantea un punto de vista que, frente al casi ingenuo progresismo de Prescot, combate el maniqueismo, en la interpretación, y entra de lleno en las polémicas, no sólo sobre la identidad mexicana -y por ahí, en la de todas las antiguas colonias- sino en general, todo el debate acerca del eurocentrismo cultural.

Pregunta: A la vista de este libro, ¿no le van a acusar a usted de españolista?

Respuesta: Yo he querido contar lo que pasó en México en esos años fascinantes entre 1518 y 1522-23. Pienso que lo he hecho con rigor y honestidad, y si algo se cuenta a favor de los españoles pues bueno. Es verdad que es mucho más fácil entrar en la cabeza de Cortés y sus amigos que en la de Moctezuma y sus jefes, y que aunque hay crónicas y escritos del siglo XVI, aunque hay tantos estudios magníficos de segunda mano sobre los aztecas, el México antiguo sigue siendo un misterio en Europa y también en el propio México. Además, hay mucha más información sobre los españoles, alguna de ella absolutamente inexplorada hasta ahora. Por ejemplo, yo publico un mapa que indica la procedencia de los compañeros de Cortés, muchos de Extremadura, otros de Castilla y sobre todo de Cuéllar, de Segovia. El mapa ilumina la relación y el comportamiento con Cortés. Bueno, esto es imposible con los hombres de Moctezuma.

P. Usted rompe la idea del buen salvaje, del indio feliz.

R. Es un mito. El imperio mexicano ha sido un imperio como los demás, con sus dominados, y la prueba es que casi todos aprovecharon la llegada de Cortés para combatir a Moctezuma.

El mestizaje

P. ¿ No se le enfadarán los tercermundistas, sobre todo latinoamericanos?R. Bueno. No hay que olvidar que el mexicano actual es un mestizo entre españoles e indios, y, lo he dicho en la última frase del libro, es el resultado de dos sociedades cada una con su magia: "Una sociedad nueva, y con el tiempo extraordinaria, poseedora de su propia magia, se alzó de las cenizas de la vieja Tenochtitlan". Es verdad que México es fascinante, y lo es porque no se puede entender sin los españoles ni sin los aztecas.

P. Usted conoce la lectura de Octavio Paz sobre el mestizaje, y su corrección posterior.

R. Sí, y en estos últimos años, Paz ha hecho un trabajo importante de reivindicación de la figura de Cortés, y su contribución está haciendo cambiar la opinión en México.

P. En su libro, por ejemplo, se matiza la figura de Cortés con documentación que existía en el Archivo de Indias, en el Palacio de Dueñas, o en el Castillo de Simancas, y que no había sido desempolvada aún. Se cuenta, por ejemplo, que a diferencia de otros conquistadores casi analfabetos, Hernán Cortés era un hombre culto, de familia de profesionales, diríamos ahora, documentada al menos dos generaciones arriba. Matiza también su relación con las mujeres, con su propia esposa, Catalina Suárez Marcayda, introduciendo fundadas dudas a la leyenda que hacía de Cortés su asesino, o con Marina, o Malinche, la controvertida conversa, intérprete 'y amante de Cortés, a la que los nuevos mitos consideran el origen del mestizaje, que según el historiador, murió 25 años más tarde de lo que hasta ahora se daba por bueno, llevando en su palacio de México una larga vida de respetable dama cristiana".

R. La figura de Cortés es mucho menos conocida en México que la de Pizarro en Perú aunque era mucho más interesante. Por ejemplo, hay muy pocas estatuas de Cortés, y eso que México es un país de estatuas. En Reforma hay por ejemplo una, y estupenda, de Churchill. En México ocurre algo curioso: los triunfadores se olvidan. Los fracasados, como Villa o Zapata, son los que se recuerdan. El que Cárdenas se llame Cuatemoc de nombre es importante para sus resultados electorales.

P. ¿Es verdad que defiende la colonia española frente a las otras?

R. Sí. El argumento es dónde siguen estando los indios. Dice Tocqueville que la democracia empieza en el municipio. En Estados Unidos todo es arrabal, todo son barrios y zonas dispersas, no hay ciudades, salvo tres o cuatro. En México hay centros de ciudades magníficas, donde hay gente. Y estas ciudades antiguas han permitido formas de relación y maneras de ser muy importantes.

Sacrificios

P. ¿Tienen tanta importancia los sacrificios humanos?R. Es evidente que los sacrificios humanos fueron más que una disculpa de los españoles. Ya sé que hay historiadores que han negado su existencia, o que han reducido el número de víctimas, pero yo pienso que su existencia es incontrovertible y que fue una razón poderosísima para que Cortés y los suyos se vieran realmente justificados en su intervención. No podemos aceptar como auténticas las cifras, pero es cierto que los españoles se sintieron choqueados y repugnados por alguna hecatombe presenciada, y quelos sacrificios humanos les confirmaron en su idea de que estaban haciendo algo bueno para los propios indios. Hubo, es verdad, críticas a Hernán Cortés, desde el propio Pánfilo de Narváez, que intentó pactar con Moctezuma, pero eran problemas políticos internos, y nada indica que Narváez hubiera sido mejor que Hernán Cortés. Los testimonios del informe de residencia de Cortés, dicen que si bien suprimió los sacrificios no abolió las religiones y dio derecho a los aztecas para dar culto a sus dioses, algo que a veces se dice en tono de crítica. También hay que decir que Hernán Cortés, que era un hombre culto, apreció el arte que encontró, la arquitectura, la escultura. Ha tenido que pasar mucho tiempo para que los europeos apreciáramos todo eso y por eso no tenemos casi nada de lo que fue.

El historiador Hugh Thomas que, contra lo que dice la solapa de su libro, está apartado absolutamente de la política, señala que los juicios de residencia son precisamente un argumento a favor de la colonización española. Y preguntado sobre si son excepcionales en los imperios coloniales dice rotundamente: "Sí, los ingleses jamás han pedido cuentas a sus gobernantes, ni los franceses, ni los rusos. Son casi exclusivos de los españoles".

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