_
_
_
_

Cuidado con los comunistas

Pilar Bonet

La nutrida comitiva que aguardaba a Solzhenitsin en Vladivostok esperaba verle descender por la escalerilla del avión, pero aunque la portezuela estaba ya abierta, él permanecía dentro, sentado en su butaca, observando cómo se daban empellones los cámaras y los agentes de seguridad. El escritor estaba sentado contemplándolo todo con sus ojos rasgados y los reflejos del vidrio daban un aire fantasmal a su rostro.Solzhenitsin no pudo librarse de una recepción oficial organizada por las autoridades locales, con el vicegobernador del Territorio de Primorie, Igor Lebedinev, al frente. El gobernador, Alexandr Nozdratenko, se había marchado a China con el primer ministro Víktor Chernomirdin. Lebedinev no sabía muy bien cómo actuar, pero resolvió las situación a la rusa y besó a la señoran Los dignatarios de la iglesia ortodoxa, presididos por el obispo Benjamín, saludaron también al escritor. Antes, Benjamín contó cómo se dedicaba a leer los libros de Solzhenitsin cuando estaban prohibidos. El obispo parecía haber superado ya aquellos tiempos y la misma impresión daba Lebedinev. Pero en la plaza algunos de los asistentes se encargaron de recordar los orígenes de los dirigentes y le gritaron a Solzhenitsin que tuviera cuidado con los comunistas que tenía al lado.

Más información
Sombra del pasado o símbolo de hoy
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_