El fracaso del corsé del realismo socialista
El Museo de Bonn recoge un siglo de vanguardia artística en el centro y este de Europa
El Ausstellungshalle de Bonn inaugura hoy una macroexposición titulada Europa, Europa, el siglo de la vanguardia en el centro y este de Europa. La importancia de esta muestra se debe no tanto a la presencia de artistas sobradamente conocidos como Malevich, Kandinsky, Kupka, Brancusi, Tatlin o Christo, sino a la posibilidad de descubrir a unos 200 artistas igualmente importantes, pero prácticamente desconocidos en Occidente. Las 700 obras rigurosamente seleccionadas dan prueba de que los regímenes comunistas no lograron imponer la doctrina del realismo socialista.La colección de arte disidente que desde hoy y hasta el 16 de octubre se exhibe en Bonn hará necesaria una reorientación -o al menos una ampliación- de las historias de arte al uso. El proyecto Europa, Europa revela las conexiones y los paralelismos entre las artes en Oriente y Occidente, no sólo en el campo de la plástica, sino también en la arquitectura, la literatura, el teatro, el cine y la música.
La muestra contradice la versión oficial, según la cual las culturas orientales y occidentales no tienen nada en común. Según la opinión repetida a lo largo de décadas, en los Estados socialistas los artistas se limitaron a la creación de iconos y objetos devocionales del sistema, mientras que en Occidente el polifacético arte abstracto fue instrumentalizado igualmente con fines propagandísticos y políticos y se convirtió en el símbolo de la libertad y el individualismo proporcionados por la democracia.
La exposición de 1981 de Colonia, Westkunst (Arte occidental), pretendía dar una visión completa del arte contemporáneo a partir de 1939, pero la muestra no incluía ninguna obra creada al este del río Elba. Hoy, día, cualquiera de los grandes museos occidentales presume de una colección representativa de la evolución del arte contemporáneo de la que están ausentes los artistas de Europa del Este, como si no existiesen.
Apoyo financiero
El polaco Ryszard Stalisnaski y el alemán Christoplh Brockhaus, los directores artísticos de la muestra, han contado con un equipo de especialistas de numerosos países, sobre todo de Europa del Este, además del sustancioso apoyo financiero de la Fundación Arte y Cultura del Estado Federado Renania del Norte-Westfalia. Brockhaus constata que las relaciones culturales entre Este y Oeste hasta el presente han estado caracterizadas por "malentendidos, equivocaciones, distanciamiento e ignorancia" y explica que vanguardia en este contexto "significa todo lo que, pese a la recesión, ha logrado abrir perspectivas revolucionarias y progresivas".Stalisnaski espera que este proyecto ayude a resaltar los puntos de conexión existentes entre todos los países que componen el nuevo mapa del mundo, aunque entiende que "la intensidad de la vida artística en la parte oriental de Europa tiene raíces y una dimensión moral muy diferentes. Nadie ajeno debe creerse autorizado a juzgar el grado de resistencia o de conformismo de todos estos artistas en situaciones tan dispares, épocas diferentes y Estados diferentes, en los cuales el poder comunista ejercía la represión y la violencia de manera muy diferente". Stalisnaski resalta que en el Este siempre se tuvo conocimiento de las tendencias occidentales y siempre se estuvo a la altura del tiempo, pero lamenta que el público, la crítica y el sistema comercial occidentales han ignorado a los artistas orientales. Mientras algunos se consideraban epígonos, a otros "se les han permitido carreras evidentemente manipuladas".
El director del Austellungshalle de Bonn, Wenzel Jacob, opina que "por su situación geográfica entre Este y Oeste parece predestinada para acoger el proyecto. Para muchos artistas del Este, Alemania es el punto de referencia central en Europa". Se muestra convencido de la importancia de un nuevo análisis de la evolución artística hasta hoy "porque el arte siempre ha sido valorado con criterios nacionalistas".
Los organizadores han agrupado a los artistas de forma cronológica y según afinidades técnicas, temáticas y estilísticas. La muestra arranca con trabajos de artistas visionarios que a principios del siglo abrieron nuevos caminos al arte anclado en el academicismo. Bajo el título Del simbolismo a la abstracción se reúnen artistas como el polaco Witold Woikievich o el lituano Nicaloyus Ciurlionis, al igual que el ruso Basili Kandinsky. La amplia sala En torno al cubismo refleja que, simultáneamente a las obras de Picasso y Juan Gris, en el este de Europa se crearon numerosos cuadros comparables. La muestra dedica grandes espacios a los ismos (constructivismo, suprematismo, unismo y surrealismo). Otras secciones recuerdan la Presencia de los judíos o La represión de la vanguardia y el socialismo realista. La última parte, titulada Aspectos transitorios, refleja las 'tendencias más recientes con la presencia de Christo, Roman Opalka, Ilia Kavacov y Marina Abramovich.
Babelia
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