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Serra se negará hoy a asumir responsabilidad en el 'caso Roldán'

Luis R. Aizpeolea

El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, no asumirá la responsabilidad del caso Roldán por corresponder a los ministros la vigilancia directa de los altos cargos. La comparecencia de Serra hoy en el Congreso ha levantado una gran expectación, pues se ha convertido en el objetivo a batir, en este momento, por el PP. El vicepresidente del Gobierno será parco en sus respuestas, pero contestará agresivamente a los populares, como lo hizo el fin de semana en Barcelona, si es atacado con dureza, según fuentes gubernamentales. Hoy decidirá si contesta a las ocho preguntas que le ha formulado el PP o si delega alguna o algunas al ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch.

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Las preguntas del cerco popular

El secretario general del Portavoz del Gobierno , Miguel Gil, manifestó ayer que Felipe González intentará alterar su agenda de hoy para acudir al pleno del Congreso y apoyar con su presencia a su número dos. La estrategia a seguir por Serra y los socialistas ante el PP fue debatida en una reunión, celebrada el pasado jueves en La Moncloa, entre representantes de la dirección del PSOE -Txiki Benegas y Ciprià Ciscar-, del grupo parlamentario -Joaquín Almunia- y del Gobierno -Juan Manuel Eguiagaray y el propio vicepresidente del Ejecutivo- Los socialistas concluyeron que el objetivo del PP es minar progresivamente el cinturón de protección que rodea a Felipe González y ahora le ha llegado el momento al número dos del Gobierno.El papel de Serra, desde su nombramiento como vicepresidente del Gobierno, en marzo de 1991, ha ido ganando peso en el Ejecutivo de la mano de Felipe González. La crisis de gobierno de julio de 1993 culmina el cénit de su poder al unir a sus atribuciones como presidente de la Comisión de Subsecretarios y de la Comisión Delegada de Asuntos Autonómicos la de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, que hasta entonces había desempeñado Carlos Solchaga.

Su aumento de poder en la sombra ha hecho que su imagen sea impopular. Su ausencia de los foros parlamentarios también ha contribuido a ello. En diciembre de 1993, después de más de dos años y medio, se estrenó con una pregunta sobre las escuchas telefónicas ilegales. Cuando le preguntó el portavoz del PP, Federico Trillo, si se puede ser vicepresidente del Gobierno sin haber comparecido durante tiempo en el Parlamento, contestó: "Obviamente, sí, porque así ha sucedido". Su papel está básicamente en la cocina del Gobierno. Además de presidir semanalmente la Comisión de Subsecretarios y las delegadas de Asuntos Económicos y autonómicos, le corresponden la coordinación de ministros así como las tareas que en él delega el presidente del Gobierno.

En su tarea coordinadora se ocupa en estos momentos de poner de acuerdo a los ministros de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, y de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, en materia de telecomunicaciones. En los últimos días se ha reunido con los ministros de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch; de Economía y Hacienda, Pedro Solbes; de Educación, Gustavo Suárez Pertierra; de Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, con el que ha abordado el proyecto de Ley de Arrendamientos Urbanos. Asimismo se ha entrevistado con el nuevo comisario europeo, Marcelino Oreja, del PP.

Como vicepresidente económico dedica una parte de su tiempo a recibir a banqueros y empresarios. Otra parte importante de sus actividades se centra en tareas que en él delega, discretamente, el presidente del Gobierno para preparar el terreno de futuras negociaciones. Ha sido el caso de conversaciones con los líderes sindicales en la primavera del año pasado o con representantes de la Iglesia para preparar el terreno de la renovación de los acuerdos.

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