Melodrama con vídeo

Interesado por la muerte, sobre todo por lo que puede ocurrir después de la muerte de un ser amado a quienes le rodean, el director y guionista Bruce Joe Rubin -autor del guión de Ghost (1990), por el que obtuvo un Oscar- narra en esta ocasión un auténtico melodrama, pero no sabe hacerlo bien. La historia gira en torno al ejecutivo de publicidad que casi al mismo tiempo que se entera de que va a ser padre, descubre que tiene cáncer y los médicos le dan pocos meses de vida.Mi vida cuenta cómo a partir de este momento la obsesión del ejecutivo es hacer un largo y completísimo vídeo sobre sí mismo, para que su hijo pueda conocerle en el futuro. Al tiempo que comienza a visitar a un extraño médico chino para prolongar su vida lo más posible, llegar a conocer a su hijo y por lo menos poder convivir algunos meses con él.

Como es lógico, esta mezcla de pareja que espera su primer hijo, con persona que lucha contra la muerte y trata de congraciarse con cuantos le rodean, en especial con su olvidada familia de origen ruso, da como resultado una de las historias más melodramáticamente pringosas que pueden imaginarse. Cabía pensar que en su triple calidad de guionista, coproductor y director, el debutane Bruce Joel Rubin incorporase un punto de vista original al conjunto, pero nada más lejos de la realidad.

Desaprovecha la realización del vídeo por el enfermo y futuro padre, que desarrollada de manera rigurosa hubiese podido ser un buen acercamiento narrativo a tan empalagoso tema, hasta convertirlo en una especie de anuncio sobre las posibilidades del aparato. Y tampoco sabe utilizar las más elementales normas narrativas de uno de los géneros con mayor tradición. Por lo que Mi vida sólo es una anodina sucesión de blandengues e inútiles escenas.

Tampoco ayuda mucho al resultado final la inconsistencia de la pareja protagonista. Michael Keaton es un extraño actor, que se hace famoso encarnando a Batman, pero que no acaba de encontrar su sitio. Y Nicole Kidman es una mujer de gran belleza, pero parece incapaz de componer un personaje.