Nueva polémica por mantener la vida artificialmente a una embarazada en coma
Un intenso debate sobre los límites éticos de la medicina moderna se ha iniciado en Austria por la decisión de un médico de mantener artificialmente con vida a Monica K., una mujer en coma profundo y embarazada de cinco meses
"Yo veo al bebé, que vive, que se mueve", dice Paul Sporn, jefe de la unidad de cuidados intensivos del hospital vienés Rudolfstiftung. El médico, que ha tomado el caso como una cruzada personal, se niega a utilizar el término feto o embrión y asegura que si desconecta el respirador artificial "el bebé se asfixiará y para mí esa idea es insoportable", dijo justificando la decisión de mantener a su paciente conectada a los aparatos que mantienen las funciones vitales. El psicólogo Stefan Rudas criticó estas declaraciones asegurando que "es absolutamente falsa la imagen que intenta proyectar Sporn de un bebé asfixiándose, porque un feto no respira y es provisto de oxígeno del sistema circulatorio de la madre.
Psicosis de embarazo
Monica K., de 36 años, sufría de fuertes dolores de cabeza y depresiones que se iniciaron en el tercer mes de su gestación. Entonces le diagnosticaron equivocadamente en el hospital vienés de Lainz "psicosis de embarazo", enviándola de regreso a su casa.Su estado empeoró y tuvo que ser trasladada de urgencia al hospital Rudolfstiftung donde los médicos después de descubrir que sufría una hemorragia cerebral, la operaron de urgencia hace dos semanas y desde entonces permanece en coma.
Los padres y el esposo de Monica K. han manifestado claramente que si se diagnostica la muerte clínica "es mejor que la madre y el hijo se vayan juntos". Según Sporn, él luchará por la vida del feto porque "yo soy el abogado de la madre y del niño, ya que ahora ellos no pueden expresarse. La madre quería tener a ese hijo y estaba feliz con el embarazo". El médico advierte que su decisión fue "muy difícil porque hay un vacío jurídico en estos casos y uno se pregunta quién debe responsabilizarse por el bebé, si son los padres o los médicos".
Por su parte, el ginecólogo y el teólogo Johannes Huber apoyó a la familia y expresó que "a la naturaleza -por muy horrible que sea- hay que dejarla que siga su curso natural". La mujer que se encuentra en su 18 semana de embarazo, mantiene "Funciones cerebrales mínimas", según Sporn. "Y desde que yo soy médico nunca he visto a un paciente que se recupere de esto". El médico asegura que se podría rescatar la vida del feto si se mantienen artificialmente las funciones vitales de la madre unas seis semanas más.
Monica- K. permanece en la unidad de cuidados intensivos conectada a una máquina, a sondas y monitores y al cuidado de cinco enfermeras. Sus padres le instalaron un radiocasete con música clásica conectada a sus oídos por audífono.
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