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Angola espera que la democracia surafricana medie para poner fin a su guerra

Los angoleños esperan que la elección de Nelson Mandela como nuevo presidente de Suráfrica ayude a desbloquear las negociaciones de paz en Angola. Los dirigentes angoleños tienen la impresión de haber pagado un precio muy alto por el apoyo que, desde su independencia en 1975, restaron a los nacionalistas negros surafricanos 31 namibios.Las negociaciones para un segundo alto el fuego, que discurren en Lusaka desde noviembre del año pasado, están "técnicamente concluidas", según el canciller portugués Durâo Barroso, miembro, con los representantes de Estados Unidos y Rusia, de la troika de garantes de los acuerdos de paz de 1991. Pero los negociadores angoleños y, sobre todo la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), pospusieron la firma de la paz para después de las elecciones surafricanas, de las que esperaban una "clarificación del contexto regional".

Si el Gobierno de Luanda espera que un Ejecutivo de mayoría negra se muestre más eficaz que los anteriores y acabe de una vez con la ayuda encubierta de los sectores blancos radicales a la UNITA, ésta considera que la aceptación, por Mandela, de una estructura federal para Suráfrica debe servir de ejemplo para la división política de Angola.

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