La puesta de un sol que parecía luna

Cuando 10 minutos antes de las ocho de la tarde de ayer la Luna apenas le había hecho una muesca al Sol al empezar a ponerse delante de él, más de un centenar de personas ya guardaban cola ante los dos telescopios dotados de filtro que la Agrupación Astronómica de Sabadell había dispuesto para que la gente contemplara el eclipse, informa Sebastián Serrano. "¡Qué curioso!", comentó un hombre de edad después de mirar por uno de ellos. La imagen de otro telescopio se proyectaba sobre un folio y era observada por otros curiosos. La sombra crecía poco a poco."Un eclipse total sí que impresiona", comenta Josep Maria Olivé, un aficionado a la astronomía que vio uno en Finlandia. "El cuerpo no está hecho para eso", subraya. En esos eclipses el día se convierte en noche por unos minutos. "Es sobrecogedor".

Como en Sabadell, numerosos ciudadanos se concentraron en toda España para contemplar durante cerca de dos horas el fenómeno. Los curiosos se agenciaron tiras de película fotográfica velada para contemplar cómo la Luna se ponía despacio delante del Sol y llegaba a taparlo casi por completo. Ningún servicio sanitario informó de ingresos por daños oculares, señal de que quienes observaron el fenómeno tomaron las debidas precauciones.

En Madrid el eclipse se inicio a las 19.45 horas y, a las 20.51 el 78% del Sol estaba cubierto por la Luna. En Sevilla la ocultación alcanzó un 86%. En el Museo de la Ciencia de Tenerife, que había preparado especialmente el seguimiento del fenómeno, el eclipse se empezó a notar cerca de las 19 horas. El próximo eclipse parcial se verá desde España dentro de dos años, el 12 de octubre de 1996, aunque han tenido que pasar 10 años desde el anterior, en 1984. Para observar desde aquí un eclipse anular -como el de ayer en algunas zonas de Estados Unidos, el Atlántico y el oeste de Marruecos- habrá que esperar hasta el año 2005. Y un eclipse total no se verá desde España hasta el 2026.

En Estados Unidos, instituciones como el Museo de Historia Natural de Dayton (Ohio, estado donde la duración del fenómeno fue la más larga) vendieron gafas especiales a un precio de tres dólares (unas 420 pesetas). Lo mismo pasó en la orilla del lago Michigan, en Chicago, aunque los lentes costaban allí un dólar más. Con estas medidas se evitó la repetición de la dura experiencia del gran eclipse de 1970, cuando la mitad de los 145 millones de estadounidenses sufrieron quemaduras en los ojos por ignorar que las gafas de sol normales no impedían el riesgo. "El sol no es más peligroso hoy que otro día", advirtió de antemano Suzanne Chippendale, astrónoma del Planetario Hayden de Nueva York. "El único problema es poner en funcionamiento el sentido común". En la Universidad de Maine del Sur un centenar de estudiantes corearon la canción de los Beatles Here comes the sun.

En París, pese a las malas condiciones metereológicas, el eclipse se unió espectacularmente al crepúsculo en los Campos Elíseos, con una ocultación del disco solar de un 57%. La avenida estaba ocupada por unos 200.000 peatones, menos un carril para los Coches.