_
_
_
_

Tropas del Norte y del Sur mantienen intensos combates en las ciudades de Yemen

Saná y Adén, las dos principales ciudades de Yemen y capitales de los antiguos Estados del Norte y del Sur, fueron ayer escenario de feroces combates. Empleo de la aviación, lanzamiento de misiles Scud y batallas de infantería calle a calle recrudecieron ayer el conflicto armado en este país de la península Arábiga. La Liga Árabe considerará hoy una propuesta egipcia de intervención en Yemen para tratar de parar la guerra civil en ese país, pero las perspectivas de una tregua, negociada o impuesta, eran ayer más que remotas en el segundo día de intensos combates y bombardeos aéreos.

Más información
15 españoles esperan en Saná

A pesar de las gestiones diplomáticas, fuerzas leales al presidente conservador, Alí Abdulá Salé, y su rival, el vicepresidente socialista Alí Salem al Beid, continúan combatiendo en siete de las 17 provincias del empobrecido pero geográficamente estratégico país del mar Rojo.Con las comunicaciones interrumpidas desde el jueves, sólo se conocían escuetos informes de la situación en la capital Saná, en el Norte, y en Adén, en el Sur. La mayor parte de las versiones procedían de extranjeros que comenzaron a ser evacuados en la fragata francesa Julio Verne, que atracó en Adén aprovechando una pausa en las hostilidades, en la madrugada del viernes. Otras informaciones estaban basadas en testimonios de algunos de los 140 pasajeros de un Boeing 727 de las aerolíneas oficiales jordanas que despegó de Adén minutos antes de declararse oficialmente el cierre del aeropuerto.

En El Cairo, fuentes diplomáticas árabes dijeron que la idea de despachar una fuerza de interposición árabe estaba destinada al fracaso, por cuanto el Gobierno de Saná ya ha rechazado todo intento de mediación militar. "Esta vez Saleh quiere terminar de una vez por todas con la oposición del Sur", comentó un diplomático.

Nadie se atrevía ayer a hacer una evaluación aproximada de bajas, pero lo que resulta evidente es que los combates han liquidado el experimento de unificación entre Yemen del Sur y Yemen del Norte pactado hace cuatro años.

Algunos analistas militares descartaban ayer la posibilidad de que el conflicto degenere en una guerra prolongada. Lo más probable es el retorno de Yemen a su status de división física y política, aunque no sin un elevado coste humano. El Norte y el Sur han estado peleando intermitentemente a lo largo de las tres últimas décadas. La primera guerra civil estalló el 25 de septiembre de 1962, tras el derrocamiento del imán Ahmed, el entonces líder del Norte. El último conflicto entre los yemenís del Sur, en febrero de 1986, causó cerca de 10.000 muertes.

La manifestación más evidente de que, por el momento, no existe posibilidad alguna de restaurar la unidad de Yemen fue dada a conocer ayer por Radio Saná: El presidente destituyó a su segundo y al ministro de Defensa, Haizam Kasem Taher, ambos del Sur, y consiguió apoyo del Parlamento de 301 escaños para acusar a Al-Beid de cometer "crímenes de guerra".

Radio Saná también dijo que tropas sureñas "están desertando en masa" a emisora se abstuvo de confirmar informes de que el palacio presidencial había sido nuevamente alcanzado por misiles.

Informes de Adén, entretanto, daban cuenta de bombardeos aéreos contra la refinería de la capital sureña y otras instalaciones estratégicas. La versión oficial señaló que cinco aviones de Yemen del Norte fueron derribados, pero no había forma de corroborar esos y otros datos. El Gobierno de Saná ha decretado el estado de emergencia por un mes y ha impuesto el toque de queda en todo el territorio durante las noches.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_