El Supremo admite la reclamación de daños médicos aun prescrito el caso
Gloria Sousa, una mujer de 43 años de Toral de Merayo (León) que contrajo el virus del sida a través de una transfusión en el hospital Ramón y Cajal de Madrid en 1986, está dispuesta a continuar sus acciones judiciales. Una reciente decisión del Tribunal Supremo la apoya. El Supremo ha dictado, con relación a este caso, una norma en la que se reconoce que cuando una actuación médica ha dejado secuelas con dolor, aunque ésta haya prescrito, el afectado puede reclamar daños y perjuicios, según ha declarado Sousa.Gloria Sousa sufrió un duro golpe el pasado año al suspenderse el juicio en el Juzgado de Instrucción número 35 de Madrid por defectos de forma. Desde entonces había perdido la esperanza de conseguir una indemnización. Sousa ha sufrido un bajón en su estado de salud en el último año. Ha adelgazado nueve kilos en este tiempo; y no sólo ella recibe el tratamiento de un psicólogo, sino también su esposo y su hijo, de 17 años.
Esta situación impide que el cabeza de familia trabaje y por lo tanto los ingresos son exiguos. En estos momentos, la familia de Gloria Sousa recibe una ayuda del Ayuntamiento de Toral de Merayo de 20.000 pesetas, que junto con otras 24.000 del Inserso son los únicos ingresos mensuales. La población de Toral de Merayo, pueblo cercano a Ponferrada, ha mostrado en todo momento su apoyo a la familia de Gloria Sousa. La posible reapertura del caso ha suscitado en la afectada cierta "ilusión". En ocho años, los trámites judiciales se han convertido en una maraña de difícil comprensión para esta familia.
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