Absuelto el médico que ayudó a morir a varios pacientes
Un jurado del Estado norteamericano de Michigan absolvió ayer al doctor Jack Kevorkian de la acusación de haber violado la ley que prohíbe ayudar a una persona a morir. Jack Kevorkian, de 65 años, apóstol de la eutanasia, ha contribuido en los últimos tres años a la muerte de una veintena de enfermos terminales.Varios de los miembros del jurado declararon después del veredicto, conseguido tras diez horas de debate, que estaban en desacuerdo con la eutanasia pero que creían que la intención de Kevorkian de evitar el sufrimiento de las víctimas era encomiable.
El patólogo jubilado manifestó su alegría después de escuchar la decisión del jurado y dijo que su infención ahora es "trabajar con otros médicos para proporcionar criterios de asistencia al suicidio". El infatigable abogado de Kevorkian, Geoffrey Fieger, consideró muy importante el precedente de la sentencia: "Ésta es la primera oportunidad que se le da a la gente para elegir. No era el doctor Kevorkian el que estaba en el banquillo", añadió, sino los derechos individuales".
Jack Kevorkian -doctor muerte, para los medios de comunicación sensacionalistas-, comparecía por cuarta vez ante un tribunal, acusado en esta ocasión de haber facilitado en agosto del pasado año la muerte de Thomas Hyde, de 30 años, que sufría esclerosis lateral amiotrófica, conocida como enfermedad de Lou Gehrig, en recuerdo del destacado beisbolista que la padeció. Kevorkian ayudó a Thomas Hyde a respirar monóxido de carbono, uno de los sistemas que utiliza con las personas que acuden a él.
El médico pasó varias semanas en huelga de hambre para protestar contra la ley que el Estado de Michigan aprobó el 31 de marzo de 1993 y que ilegalizaba la asistencia al suicidio. "No he matado nunca a nadie", dijo entonces Jack Kevorkian, "yo ayudo a la gente cuando les ha llegado su momento". Una encuesta publicada en la revista de la Asociación de Médicos de Estados Unidos indica que un 63% de los norteamericanos está a favor de la eutanasia.
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