El presidente aplaza cualquier decisión sobre el Gobierno hasta conocer los resultados del 12 de junio
El presidente del Gobierno, Felipe González, ha esbozado un plan de actuaciones para las cuatro próximas semanas que excluye todas las demandas de la oposición. No piensa dimitir y dejar el cargo a otra persona del PSOE, no va a someterse a la cuestión de confianza ante el Parlamento y no va a proponer una cadena de dimisiones al margen de aceptar la del ministro del Interior, Antoni Asunción.Tampoco tiene previsto hacer una remodelación de Gobierno. Todas las fuentes gubernamentales y del PSOE consultadas, a excepción de una minoría que pide medidas inmediatas, reconocen que estas actuaciones pueden llevarse a cabo después de las elecciones europeas y andaluzas del próximo 12 de junio, y siempre que los nacionalistas mantengan el apoyo al Gobierno. Este apoyo, por el momento, lo tiene garantizado.
El líder socialista guardará silencio hoy para dejar el protagonismo al dimisionario ministro del Interior. El Gobierno ya cuenta con la respuesta de la oposición en el sentido de valorar el gesto de Asunción para inmediatamente arremeter contra González por no dimitir. La escaramuza está asegurada horas antes en la reunión de la Junta de Portavoces, en la que los representantes del PP pedirán un pleno extraordinario del congreso para que González comparezca.
La portavoz adjunta del Grupo Popular, Loyola de Palacio, declaró ayer que Felipe González "debe comparecer en el Congreso y explicar la fuga del ex director de la Guardia Civil, porque mientras esto no ocurra Luis Roldán está fugado y González está escondido".
No está en la intención del Gobierno seguir los dictados de la oposición, a juzgar por las declaraciones que han seguido a las manifestaciones de González en la noche del viernes ante el comité federal de su partido. El presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, Joaquín Leguina, y el responsable de Estudios y Programas del PSOE, Joaquín Almunia, intentaron ayer avalar la tesis de Felipe González de que no hay que actuar "de manera histérica".
"Estamos en vísperas electorales y una cadena de dimisiones crearía una situación de inestabilidad; hay que pensar un poco más lejos de la situación que nos atenaza", recomendó Leguina, que no evitó adjetivos gruesos hacia Roldán y Mariano Rubio.
Almunia recordó que el presidente del Gobierno acaba de participar en el debate del estado de la nación y que allí se vió que tiene la confianza mayoritaria de la Cámara. La situación sería insostenible, reconocen los socialistas, si CIU retirara su apoyo, lo que equivaldría a que el Gobierno de González no pudiera sacar una sola ley adelante.Opinión minoritaria
La estrategia del Gobierno tiene su réplica en un sector minoritario del PSOE, sobre todo en la corriente Izquierda Socialista y algunos líderes regionales. Estos piden un gesto inmediato de González. Ajuicio de este grupo, que ha hecho llegar su opinión al jefe del Ejecutivo, resulta políticamente peligroso que el presidente del Gobierno deje pasar el tiempo sin adoptar decisiones drásticas en la medida que la opinión pública está indignada y demanda gestos políticos contundentes.
Ese gesto se traduciría, según estos dirigentes socialistas, en un cambio de Gobierno en profundidad. Los defensores de esta propuesta opinan que el cambio de Gobierno serviría también para aumentar el perfil político de un Ejecutivo cuyos reflejos han dejado mucho que desear.
Esta posición no es compartida, sin embargo, por la mayoría de los dirigentes socialistas, que opinan que si ahora se realizan los cambios no habrá ninguna alternativa política que ofrecer a la opinión pública si los resultados electorales son malos.
El ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, dijo ayer en Fuerteventura en referencia a los casos Roldán y Rubio que "hacen falta muchos más que dos desaprensivos para que el balance histórico del socialismo en España pueda llegar a ser negativo". Borrell señaló que no sabría decir "quién de los dos es peor, porque yo no sabría escoger entre la peste y el cólera".
Por su parte, el ministro para las Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra, retó ayer a Luis Roldán a que "tire de la rnanta", en referencia a las amenazas que hizo el ex director general de la Guardia Civil, informa Carmelo Rivero desde Tenerife."Que tire de la manta, porque no se puede vivir bajo el chantaje. Muchos ciudadanos no tenemos nada que temer. Yo hubiera preferido que tirara de la manta y que no se escapara", señaló Saavedra.
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