Las lloviznas y las zanjas cortafuegos cercan el incendio de las Galápagos
Las zanjas cortafuegos casi han rodeado el incendio de la Isla Isabela, la más grande del archipiélago ecuatoriano de las Galápagos, y las tortugas gigantes están fuera de peligro. Las lloviznas que han caído en los últimos días han aumentado la humedad tras dos meses de sequía, y ayudan a mantener bajo control el fuego desatado hace ya 18 días. La apertura de las zanjas es el principal arma empleada en la lucha para evitar que las llamas lleguen a las galapagueras -criaderos de tortugas gigantes-. Dos centenares de militares y guardas del parque están ampliando los cortafuegos a una anchura de diez a quince metros.
El fuego ha arrasado ya 10.000 hectáreas de matorral de la isla, en un lugar situado cerca del volcán Sierra Negra y alejado de zonas pobladas y turísticas.
Las peculiares características del suelo volcánico de Isabela, con una tierra porosa en la que anida un musgo seco, dificultaron el control del fuego hasta que el fenómeno fue detectado y empezó a atacarse directamente. En las zanjas abiertas se ven pequeñas fumarolas que indican la presencia del musgo encendido. Este fuego subterráneo puede durar semanas.