_
_
_
_

Las constructoras frenan las autovías a la espera de obtener mas dinero

Las obras de las autovías adjudicadas desde finales del año pasado y principios de éste avanzan a un ritmo más lento de lo previsto. Algunos de los constructores beneficiados por la adjudicación de estas obras han manifestado en reuniones del sector que con las bajas de precio ofertadas -hasta un 52% de lo presupuestado- se hace muy caro abordarlas. Fuentes del sector atribuyen esta demora a una estrategia que intenta forzar al Ministerio de Obras Públicas a llegar a una aproximación entre los precios ofertados y los presupuestados, una práctica muy al uso, a la que puso fin el ministro José Borrell hace unos cuatro años.

En este momento, los tramos más importantes de autovías en fase de construcción son de las autovías gallegas y la de Bailén-Granada, fruto de sendos acuerdos entre Borrell y las comunidades gallega y andaluza. En los dos tramos adjudicados en Andalucía apenas se advierten avances. El primero de ellos, de 36,7 kilómetros, enlazará la autovía de Andalucía (N-IV), en Bailén, hasta la conexión Jaén-Norte. Sólo se ven los carteles de las obras y pequeños grupos de obreros en encauzamientos de arroyos y avenidas; las máquinas no se ven. La adjudicación de este tramo se decidió en el Consejo de Ministros del 10 de diciembre de 1993 y fue publicada en el BOE el 26 de enero pasado, Deberá estar concluido, según las cláusulas de la adjudicación, en 17 meses, pasado el campeonato mundial de esquí de Granada. Pero nadie cree que se termine en ese plazo.El jefe de demarcación de carreteras del Estado en Granada, Rafael Villar, afirma que ya se sabía que la autovía no iba a estar lista para esas fechas. "Ahora están haciendo obras de drenaje y otras que no se ven desde la carretera", afirma cuando se le advierte que no se ve actividad bajo los carteles anunciadores de las obras.

Villar insiste en que no hay ningún motivo que le induzca a pensar en retrasos deliberados de las obras. "Siempre pasa un tiempo desde que se adjudican hasta que se inician; hay que firmar el contrato, registrarlo, programar los trabajos". Tampoco cree que haya lugar para las modificaciones de los proyectos: "Estamos en un proceso de realizar proyectos de auténtica calidad. Podrían, surgir imprevistos, pero serían por errores muy pequeños. Son unas obras difíciles, sí, pero no creo que repercuta en el cumplimiento de los plazos".

Un alto funcionario del ministerio admite que los constructores están asustados; las rebajas superiores al 30% no están justificadas, en su opinión. "Se han quedado las obras a unos precios muy baratos para no tener paradas las máquinas. No creo que sigan pensando en modificar los contratos y los proyectos. Saben que ahora se les dice que no".

Triplicar el precio

Hasta hace cuatro años, según un ex alto ejecutivo de Obras Públicas, los proyectos se pagaban muy mal. "Era una cantidad inferior al 1%; con eso no se podían hacer buenos proyectos. Los contratistas lo utilizaban como excusa para hacer reformados, olvidos, ajustes complementarios y de paso subían el precio de adjudicación. Para atajar esta práctica, hace cuatro años se negoció con Tecniberia (asociación de empresas de ingeniería) y se acordó pagar mejor los proyectos, hasta un triple de lo que se venía haciendo. Con los nuevos proyectos y un sistema de control de calidad supervisado por empresas especializadas externas se hace un seguimiento riguroso que no da opción, salvo en casos excepcionales, a modificaciones de los proyectos"."De esta manera", continúa, están muy poco justificadas las bajas de las últimas adjudicaciones; se han pasado. Tampoco hay excusas para retrasar el inicio de las obras. Lo normal es que se ponga todo en marcha a partir de que el Consejo de Ministros aprueba la adjudicación. Una vez que se firma el contrato, pasados uno o dos meses, las obras empiezan a tirar milla". El mismo interlocutor asegura que en el caso actual "no se quieren empezar las obras, según han declarado los constructores. Tratan de forzar el tema y comprometer a Obras Públicas para que acepte reformas y suba el precio".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Según su experiencia, era relativamente fácil obtener modificaciones de los proyectos con la firma del director de obras o el director general de carreteras, que suponían un incremento máximo del 20% sobre el precio de la adjudicación. En la liquidación se podía admitir otro 10% por exceso de mediciones y otro 5% en adjudicaciones directas para obras complementarias, conocidas como enanos, según el argot del sector. Si el incremento superaba el 20% debía someterse a la aprobación del Consejo de Obras Públicas y el Consejo de Estado, lo que suponía un trámite muy lento. Desde que los proyectos se afinan, este círculo vicioso se ha roto. Las constructoras se han pillado las manos con sus espectaculares rebajas. Varias de las empresas implicadas, entre ellas Ferrovial y FCC, han rehusado hacer comentarios al respecto.,

El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, se ató los machos cuando firmó el acuerdo de las autovías gallegas. Las obras podrían retrasarse por cualquier contingencia, pero él puso una cláusula que obliga al Estado a invertir en Galicia un 20% de su presupuesto en la región en autovías. Se cubrió las espaldas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_