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Suráfrica empieza a contar los sufragios que harán de Mandela el primer presidente negro del país

ENVIADO ESPECIAL Suráfrica conocerá hoy los resultados iniciales de las primeras elecciones libres de su historia, pero tendrá que esperar como mínimo hasta mañana para tener indicios oficiales de lo que todo el mundo sabe: Nelson Mandela será el primer presidente negro del país. Los colegios electorales cerraron ayer en los seis antiguos homelands en los que se prolongó un día más el periodo electoral. Aunque siguieron produciéndose denuncias sobre irregularidades, Suráfrica espera que las elecciones sean declaradas libres y limpias. A partir de ese instante, los surafiricanos se enfrentarán al futuro en una nueva atmósfera de reconciliación, según Nelson Mandela.

El recuento de votos va a ser una larguísima y compleja tarea que, si todo va bien, dará sus primeros frutos hacia el mediodía de hoy, aunque sólo en lo relativo a los parlamentos provinciales, según manifestaron ayer fuentes de la. Comisión Electoral Independiente (IEC), encargada de gestionar todo el proceso electoral. Para tener indicaciones sobre la votación para la Asamblea Nacional, de la que saldrá el futuro presidente, habrá que esperar hasta mañana.En vista de los innumerables contratiempos de que ha adolecido la votación, la IEC ha movilizado un millar adiccional de voluntarios de las diferentes iglesias para participar en un escrutinio que se quiere extremadamente transparente y que se presenta plagado de dificultades. Ayer ya había denuncias de urnas abiertas, de tráfico de papeletas y de actos intimidatorios sobre los electores de los homelands, pero se da por hecho que, en conjunto, tales alegaciones no impedirán que las elecciones reciban el visto bueno de la IEC. El presidente Frederick W. de Klerk ha reconocido que "va a ser imposible tener unas elecciones con un 100% de perfección, pero se va a intentar que tengan un 95%".

El principal problema para conseguir ese visto bueno derivaba de las insuperables dificultades con que se encontraron los electores de los depauperados antiguos homelands de Transkei, Ciskei y Venda, Lebowa, Gazankulu y Kuazulu, que ayer pudieron en su inmensa mayoría depositar su sufragio después de la decisión de la víspera de ampliar en un día el periodo de votación y de la apresurada dotación de material electoral en las zonas.

Un relajado Mandela dijo estar convencido de que las elecciones serán declaradas libres y limpias por la IEC, y enfatizó que a partir de ese momento se podrá empezar a capitalizar la atmósfera de reconciliación nacional creada por la consulta, que vio compartir cola a blancos con riñones de oro y a negros que no tenían donde caerse muertos. Todos los partidos políticos han denunciado irregularidades y algunos, han puesto en duda la limpieza de la consulta, pero sólo los neonazis del Movimiento de Resistencia Afrikáner (AWB), que dirige el ultra Eugéne Terreblanche, han dicho que sería una vergüenza que se califique de libre y limpio el proceso.

Terreblanche ha reiterado su disposición a defender con las armas a la "nación afrikáner" del "asalto" que contra ella va a realizar "la alianza del Congreso Nacional Africano y los comunistas". El dirigente racista, que no concurre a las elecciones, habló así en un mitin celebrado el jueves en la granja del que fuera presidente de la República boer, Paul Kruger. Un par de periodistas que cubrían el acto fueron agredidos por miembros de AWB y uno de ellos, un negro norteamericano, fue expulsado del lugar porque el AWB no quería que hubiera "esclavos" presentes.

Terreblanche advirtió que las elecciones van a sumir al país en un periodo de "infierno y terror", pero dijo no tener nada que ver con los atentados ultras que costaron 21 vidas en las horas previas a las elecciones y comenzaron el martes. Ayer, 34 elementos del AWB comparecieron ante un juez de Johanesburgo acusados de estar implicados en varios de esos atentados. Dos de ellos ocupan posiciones de responsabilidad en el movimiento.

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Un ansía de votar

El Ejército y la policía son disuasoriamente visibles en todas las ciudades y guetos de Suráfrica. Las alarmas de bomba han sido constantes y basta pisar la calle en Ciudad del Cabo y Johanesburgo para ver a perros policía husmear mochilas abandonadas o coches sospechosos. Pero ni los atentados de principios de semana ni las amenazas de bombas echaron atrás a millones de negros dispuestos a ejercer por primera vez en su vida el derecho de voto.Las estimaciones iniciales hablaban de 16 millones de potenciales electores negros, aunque se cree que han sido más los que han intentado depositar su sufragio. El censo de los negros que viven en Suráfrica no tiene ninguna credibilidad y el Gobierno desconoce cuántos hay realmente en el conjunto del país.

Precisamente esa tremenda ansia de votar, que llevó a las urnas a más gente de la esperada, en especial en el histórico día 27, ha sido una de las causas de que hubiera que extender 24 horas más el periodo electoral en media docena de áreas del país, también afectadas por el abandono a que las tuvo sometidas el régimen racista.

Junto a los ciudadanos negros, 3,5 millones de blancos, dos de mestizos y medio millón largo de indios estaban llamados a elegir a 400 parlamentarios para la Asamblea Nacional y otros 425 a repartir entre los nueve parlamentos provinciales.

Cada uno de estos parlamentos nombrará a su vez a 10 de sus miembros para integrar un Senado de 90 escaños. El reparto de estos escaños provinciales será el primer indicio que hoy van a tener los surafricanos sobre su inmediato futuro político.

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