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Obispos de Croacia y Bosnia piden ante los prelados españoles la condena de jefes serbios por criminales

La guerra en la extinta Yugoslavia entró ayer en el aula plenaria del episcopado. Los obispos españoles recibieron a dos hermanos de fe, uno de Croacia y otro de Bosnia-Herzegovina, que no dudaron, en comparecencia ante la Prensa, en calificar como criminales de guerra a dirigentes serbios. También señalaron que los intelectuales serbios habían planificado el conflicto e insinuaron que los popes de la Iglesia ortodoxa alientan con sus actitudes la guerra. Negaron, asimismo, violaciones de religiosas.Los prelados de la ex Yugoslavia leyeron ante los obispos españoles, que se han comprometido a enviar una comisión a los Balcanes, el parte de guerra de sus diócesis -Sarajevo (BosniaHerzegovina) y Porec (Croacia)- antes de concelebrar una eucaristía. y comparecer ante la Prensa. Mato Zovkic, vicario general de la archidócesis de Sarajevo -"Étnicamente croata pero ciudadano de Bosnia", dijo- no dudó en reclamar que se juzgue como criminales de guerra a dirigentes serbios.

"La cadena de violencia debe romperse", dijo el prelado antes de señalar que, en el conflicto de los Balcanes, "se han cometido crímenes contra la humanidad y, sus autores, deben ser procesados legalmente por la justicia". Zovkic dijo que "hay muchos serbios que son inocentes, como los 50.000 que viven en Sarajevo", pero añadió que los criminales de guerra se cuentan "por centenares". "¿Cómo voy a saber yo quiénes son?", se preguntó. Pero a renglón seguido no dudó en esgrimir su dedo acusador contra el líder político de los serbios de Bosnia. Radovan Karadzik, dijo, "es, seguro, un criminal de guerra". El caso del presidente de Serbia, Slobodan Milosevie, "habría que examinarlo", dijo el vicario de Sarajevo para quien, sin ningún género de dudas, Franjo Tudjnían, presidente de Croacia, no ha cometido crímenes contra la humanidad.

Los intelectuales

Zovkic, que llevó el peso político de la comparecencia ante la Prensa, fue más allá al acusar a los intelectuales serbios de plan¡ficar la guerra e insinuar que los popes ortodoxos la alientan señalando, incluso, que están creando diócesis en territorios "que no eran suyos". Mientras, Antun Bogetic, obispo de Porec, iba insistiendo en que el conflicto de los Balcanes "no es una guerra religiosa", pese a las fuertes tensiones existentes entre las jerarquías católicas y los ortodoxas tras la caída del comunismo.

Esta guerra, dijo Zovkic, "fue proyectada y planificada por los intelectuales serbios" que, a su juicio, temían la desintegración de Yugoslavia. El prelado señaló que estos intelectuales "pensaron" que los serbios "iban a perder todo. lo que tenían" si Yugoslavia se desintegraba, por lo que orientaron su capacidad intelectual a un discurso basado en "la defensa de lo que nos pertenece". El vicario general llegó a decir que "los obispos ortodoxos serbios animaron de alguna manera a los serbios a seguir la guerra".

Bogetic señaló que hay unas 20.000 mujeres musulmanas violadas y Zovkic negó con rutundidad que ninguna religiosa haya sido violada. ¿Pero hay una religiosa que va a ser madre y ha dicho que abandona la orden?, preguntó un periodista. "No es verdad. Simplemente no es verdad, eso es una mentira", respondió molesto Zovkic.

Los obispos españoles, antes de recibir a los prelados de la ex Yugoslavia, estudiaron el plan pastoral y el documento sobre los inmigrantes, para quienes se pide que tengan derecho a voto.

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