La ONU descarta bombardeos sobre Gorazde pese a la lentitud de la retirada serbia
No habrá ataque alguno de la OTAN sobre las posiciones serbias en el enclave de Gorazde. Un portavoz de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) hizo público anoche un comunicado en el que se dice: "Todas las posiciones de armas pesadas serbias localizadas previamente dentro de la zona de exclusión de 20 kilómetros han sido retiradas". Esta declaración, calificada de "muy optimista" por fuentes militares de la propia Unprofor, no afirma en momento alguno que la totalidad de las armas pesadas serbias se encuentren fuera de la zona. Ayer por la tarde, la ONU admitió que se están retirando "a un ritmo demasiado lento".
Los serbios bosnios tampoco han replegado la totalidad de la infantería de la zona desmilitarizada de tres kilómetros, como exigía el primer plazo del ultimátum. Prueba de ello es que una patrulla de cascos azules que inspeccionaba una antigua posición serbia en la orilla derecha del río Drina en Gorazde fue atacada ayer por los serbios bosnios. No hubo víctimas. Unprofor ha presentado una protesta formal ante las autoridades serbias."Salvo que los serbios se vuelvan totalmente locos y derriben un helicóptero, una acción militar de la Alianza está descartada en estos momentos", asegura una fuente militar del cuartel general de Unprofor en Sarajevo. La ONU confía en que con esta política de hacer la vista gorda se logrará el doble objetivo de sentar a los serbios bosnios en la mesa de negociaciones y evitar una escalada militar que pondría en peligro las operaciones de ayuda humanitaria y la seguridad de los cascos azules.
El éxito del puente aéreo humanitario, que ayer cumplió su tercer y último día, dos menos de los previstos, es presentado como el principal fruto de esta actitud. La totalidad de heridos graves sacados por helicóptero de Gorazde ha sido de 299.
Esta cifra, inferior a los 400 anunciados, ha levantado una gran polvareda, forzando a Peter Kessler, portavoz del Alto Comísionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a negar que las cifras de heridos ofrecidas en los últimos días, superiores a los 1.900, estuvieran infladas. "Los heridos más graves ya han muerto", subrayó un Kessler indignado; "otros muchos fueron sacados por seguridad del hospital de Gorazde y repartidos por varias casas particulares, y en tercer lugar, hay heridos en todo el enclave, en zonas a las que aún no hemos tenido acceso", como es el caso del noreste del enclave, fuera de la zona de tres kilómetros, donde hay 40 heridos en espera de ser rescatados.
Los helicópteros franceses Puma, que han participado junto a los Sea King británicos, tenían previsto negarse ayer a aceptar las exigencias de los serbios bosnios de realizar una escala técnica en Sokolac para comprobar la identidad del pasaje. Pero la orden final, tras todo un día de espera y dudas, estuvo en consonancia con la actual política de Unprofor: vuelen y hagan la escala en Sokolac. Y así se hizo.
Ausencia de testigos
Un portavoz de Unprofor reconoció ayer que, pese al contenido del. comunicado oficial, la ONU carece de las tropas necesarias en Gorazde (la mitad de un batallón, unos 450 hombres) para poder comprobar la dimensión real de la retirada serbia. Tanto Radovan Karadz¡c como la ONU están interesados en impedir el acceso a la zona de los medios de comunicación. El principal obstáculo con el que se enfrenta el ultimátum de Gorazde, a diferencia del de Sarajevo de febrero, es la ausencia de testigos independientes. "Estamos en espera", dicen en Uríprofor, "del permiso serbio [para el paso de la prensa]; si ésta llega será una prueba de que se han retirado". El Gobierno bosnio reconoce que los ataques de artillería sobre Gorazde han cesado, pero no así los disparos de los francotiradores serbios, que siguen apostados en las colinas circundantes.
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