El Val

Recientemente se ha publicado en la prensa un artículo en el cual se informaba de que la Administración tiene la intención de poner un impuesto a quien cometiese un daño ecológico. Una excelente y contradictoria medida, ya que en Los Fayos (Zaragoza) es la propia Administración la que está cometiendo un daño lamentable, ya que está arrancando encinas de más de 200 años de edad (un patrimonio irrecuperable). Además, se está causando también daño a una colonia de buitres leonados afincados en la zona. Todo este destrozo se debe a la construcción de los accesos al embalse del Val, cuya relación coste-beneficio no ha podido ser demostrada desde la perspectiva del daño ecológico y moral para los habitantes (y visitantes) de la zona, y para el entorno natural.La escasez de lluvia y la reducción del caudal del río de la zona precisan de una puesta al día del viejo proyecto. El servicio geológico de la Confederación Hidrográfica del Ebro debería informar, de forma responsable, sobre la dificultad de realizar el embalse en terreno totalmente poroso y muy poco firme. ¿Por qué tan poca transparencia sobre esta cuestión? Icona, por su parte, debería explicar por qué se permite semejante impacto ambiental en un parque natural, y por qué se permite la tala de miles y miles de árboles, muchos autóctonos y protegidos.

Los afectados precisamos información, y el resto de los contribuyentes de este país se merecen que su dinero sea invertido en proyectos rentables, de auténtica utilidad pública, y no agresivos con la ya disminuida riqueza natural que nos queda-