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Un colegio mayor pide el indulto para un enfermo terminal de sida

Rafael Arispe Berna, un enfermo terminal de sida de 30 años, debe cumplir desde hoy una condena de cuatro años de cárcel por un robo que cometió en 1986, cuando aún era toxicómano. Ocho años después, este vecino de Usera se ha rehabilitado de su drogodependencia e integrado en la sociedad. Ahora sólo tiene un sueño: morir en libertad y entre los suyos. El colegio mayor universitario Loyola ha emprendido una campana para conseguir que no ingrese en prisión.El subdirector de este centro de estudiantes, el abogado Julián Martín, es el impulsor de la solicitud de indulto. Este letrado conoció a Rafael mientras trabajaba en la coordinadora de barrios en lucha contra la droga. "He visto cómo ha cambiado este chico, y al conocer que ahora puede morir entre rejas todos hemos decidido movilizarnos", explica Martín.

Cuando la noticia se extendió la semana pasada por los pasillos del colegio mayor, los estudiantes comenzaron a movilizarse a pesar de la cercanía de los exámenes finales. En cuatro días han recogido 3.000 firmas y han decorado el colegio con carteles con el lema: "Libertad para Rafa". El mensaje está acompañado de un dibujo donde aparecen dos manos con una cadena rota.

Huelga de hambre

Sus movilizaciones culminarán la primera semana de mayo con una huelga de hambre en la capilla del colegio mayor. Arturo, uno de los organizadores de la campaña, asegura que el caso de Rafael ha impactado entre todos los estudiantes. Para Julián Martín, "su caso es uno entre muchos, y es revelador de la ineficacia y la inutilidad del actual sistema penal, que consagra la privación de libertad como única alternativa válida para conseguir la reinserción social".

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Rafael Arispe está emocionado con la respuesta de los estudiantes. "No tengo palabras para agrecerles lo que están haciendo", comentó. Ahora sólo espera que todo esto pueda valer para algo. "Confío en que atiendan nuestras solicitudes y que lo acepten", añadió.

En 1992, el titular del Juzgado de lo Penal número 17 ya perdonó a Rafael una pena de dos años de cárcel para evitar que se topará de nuevo con la droga en Carabanchel. Este magistrado condenó a Rafael Arispe a 24 meses de prisión por haber desvalijado la casa del diputado y secretario de Movimientos Sociales del PSOE, Alejandro Cercas, en 1988.

A Rafael le esperan ahora cinco años de prisión por un robo similar cometido en 1986. Esta última pena no se ha cumplido todavía porque su abogado pidió la anulación de la sentencia al Tribunal Supremo y dos indultos a Justicia. Una vez que esas gestiones se han demostrado infructuosas, Rafael debe ingresar hoy en la cárcel de Carabanchel, la misma institución que el primer juez que le indultó consideró un nido de droga.

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