Los exiliados que salieron legalmente de Cuba podrán regresar a la isla

El diálogo entre representantes del Gobierno cubano y un grupo de 200 exiliados moderados concluyó ayer en La Habana con algunos resultados concretos y una puerta abierta a próximos encuentros. Como se esperaba, el régimen de Fidel Castro anunció, después de tres días de conversaciones, una serie de medidas en favor de los residentes en el exterior, como son que la mayoría de los exiliados que hayan salido legalmente de la isla podrán volver cuando lo deseen.

Asimismo el Gobierno cubano pedirá a Washington establecer un consulado en Miami para agilizar los trámites migratorios de los exiliados, ampliará sensiblemente el número de visados anuales y permitirá a cierto número de jóvenes estudiar en la isla. Sin embargo, de momento no se prevén medidas políticas y económicas, como la excarcelación de presos políticos ni tampoco permitir que los exiliados inviertan en Cuba."Se ha abierto un camino y existe la voluntad de continuarlo mas allá de fronteras políticas e ideológicas", declaró el sábado el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Robaina, quien anunció que una de las medidas adoptadas es crear un departamento especial en su ministerio para supervisar los asuntos relativos a la emigración y publicar una revista "que mantenga los vínculos".

Durante las conversaciones, los exiliados, que en su totalidad se manifestaron contra la política estadounidense de bloqueo y por una solución "cubana y sin interferencias extranjeras en los problemas de la isla", plantearon reclamaciones de tipo migratorio, pero también políticas.

Uno de ellos, el ex combatiente de la brigada 2506, que en el año 1961 invadió Cuba por bahía de Cochinos, pidió durante un debate que el Gobierno liberase a un grupo de presos políticos, como ocurrió durante el diálogo humanitario de 1978, cuando las autoridades comunistas permitieron la salida del país de 3.600 presos y sus familiares.

Jubilados

Otro exiliado, Juan Manuel Martínez, destacado funcionario del régimen de Fulgencio Batista, planteó la posiblidad de que los jubilados pudiesen trasladarse a Cuba y construirse una casa donde pasar los últimos años de su vida y gastarse en la isla los dólares de su pensión. Pese a que los representantes del Gobierno cubano se mostraron flexibles en cuanto a los temas migratorios, fueron mucho más prudentes sobre los aspectos políticos y económicos. El canciller cubano explicó que estos últimos temas eran especialmente delicados y que podían herir la sensibilidad de algunos cubanos, por lo cual pidió paciencia y comprensión al grupo de exiliados, insinuando que todo llegaría "a su tiempo".De todos modos, los exiliados regresarán a Miami con algunos problemas resueltos como el tema de los viajes. A partir de ahora todos aquellos cubanos que salieron legalmente de su país no tendrán ninguna restricción para regresar a Cuba cuando quieran, mientras que los balseros y los que pidieron asilo político deberán esperar cinco años para volver.

La conferencia La Nación y la emigración concluyó el domingo con la intervención del principal responsable económico del régimen, Carlos Lage, quien ofreció un panorama de la situación crítica que atraviesa su país y las medidas aperturistas que se están introduciendo para mitigar las carencias.

El comandante Fidel Castro, sobre cuya delicada salud han circulado insistentes rumores en los últimos días, tenía previsto ofrecer anoche una recepción a los asistentes a la conferencia, según anunció el portavoz de la misma.

Segun exiliados y miembros del Gobierno, el diálogo abierto en Cuba no defraudó las expectativas, y pese a sus limitaciones, siginificó un primer paso en la reconciliación. "En lo primero que nos hemos puesto de acuerdo es en que el futuro político de Cuba debe surgir de los cubanos. Ya hemos dado el primer paso", comentó uno de los exiliados.