Líderes tutsis y hutus tratarán en Tanzania de poner fin al baño de sangre en Ruanda
Representantes de los rebeldes tutsis y de las tropas gubernamentales ruandesas, hutus, aceptaron anoche mantener conversaciones de paz mañana, sábado, en el norte de Tanzania para poner fin a las terribles matanzas que amenazan con desangrar Ruanda.El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que aseguró que jamás ha visto una tragedia de tales dimensiones, pidió ayer a los cascos azules de la ONU que permanezcan en el país. "La verdadera cifra de víctimas en las dos últimas semanas nunca se sabrá. Son decenas, quizá centenares de miles", afirmaba un comunicado del CICR emitido en Ginebra.
Mientras, el secretario general de Naciones Unidas, Butros Butros-Gali, recomendaba al Consejo de Seguridad incrementar el número de cascos azules en varios miles o reducir éstos a 270. El Consejo de Seguridad parece inclinarse por la reducción de los 2.500 efectivos originales -en la actualidad quedan unos 1.600- a 270, con la posibilidad de incrementar este número si se alcanza un alto el fuego entre las fuerzas contendientes.
Fuentes de la ONU en Kigali indicaron que han obtenido el compromiso verbal de ambos bandos de proteger la vida de los refugiados.
Los comandantes de los cascos azules indicaron que las fuerzas del Frente Patriótico de Ruanda (FPR) han capturado la estratégica localidad de Byumba, con lo que controlan una larga franja en el norte del país, desde Kidaho a Gabiro.
En su intento de derrotar al Ejército, controlado por la etnia hutu, los rebeldes reciben refuerzos que se infiltran cada noche en Kigali, procedentes de sus bastiones en el norte. "Vemos cómo las fuerzas gubernamentales no consiguen consolidar sus posiciones en la capital, sino todo lo contrario, probablemente debido a la falta de una dirección coordinada desde el alto mando", indicó un oficial de la ONU en la capital, Kigali.
Un Hércules español consiguió evacuar el miércoles a dos monjas salesianas tras un arriesgado aterrizaje en una zona selvática de la región de Sabe.
En Bruselas, el ministro belga de Defensa, Leo Delcroix, aseguró que su Gobierno rechazará toda petición de Naciones Unidas de proporcionar nuevas fuerzas de paz durante varios meses, tras el asesinato de 10 soldados belgas en Ruanda, salvajemente torturados cuando intentaban proteger en vano la vida de la primera ministra ruandesa, que también murió asesinada en la explosión de violencia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Misión paz
- Ruanda
- Guerras hutus y tutsis
- Cascos azules
- Limpieza étnica
- Mediación internacional
- Contactos oficiales
- Delitos contra Humanidad
- Política exterior
- Misiones internacionales
- Bélgica
- Guerra
- Europa occidental
- ONU
- África
- Proceso paz
- Europa
- Organizaciones internacionales
- Relaciones exteriores
- Conflictos
- Delitos
- Política
- Defensa
- Justicia