El fuego en Galápagos amenaza el lugar que inspiró a Darwin su teoría de la evolución

En el archipiélago Galápagos, Patrimonio Natural de la Humanidad, el fuego sigue implacable y se propaga, gracias al viento, a una velocidad preocupante: un kilómetro por hora. El fuego amenaza con llegar a la cumbre del volcán Sierra Negra, nido de numerosas especies únicas (flamencos, tortugas, iguanas, piqueros de patas azules y enmascarados). El desastre ecológico sería incalculable. Las Galápagos inspiraron a Darwin su teoría de la evolución. Las llamas siguen devorando hectáreas de la mayor de sus 13 islas, la Isabela. Fuentes oficiales hablan sólo de mil hectáreas devastadas.

Los esfuerzos sobrehumanos de la defensa civil, las Fuerzas Armadas y otras instituciones de la región y de Ecuador son incapaces de parar el incendio. Los guardabosques de este parque nacional recorren desde hace una semana desesperadamente el territorio insular para evacuar las famosas tortugas Galápagos y las aves, aunque algunas especies voladoras han emigrado por sí solas.Las barreras construidas por al menos 100 hombres voluntarios que intentan dominar el incendio no ha podido detener la lengua de fuego. Los tractores han abierto trochas (líneas cortafuego), para controlar más fácilmente el incendio. Desde el continente se está buscando el mecanismo adecuado para trasladar a la isla más maquinaria pesada, ya que ésta permite realizar un trabajo más eficaz en menor tiempo.

No obstante, toda la ayuda que se ha prestado hasta ahora resulta insuficiente debido a la magnitud de la tragedia. La solución definitiva de este grave problema será sólo el combate del fuego por vía aérea. El Gobierno ecuatoriano está en contacto con Estados Unidos, Canadá y otros países, que colaborarán para conjurar la emergencia, enviando aviones anfibios para aplacar las llamas. Los barcos llegarán probablemente hoy, Estados Unidos está aportando alimentos y material de campaña para el personal que trabaja en el incendio.

Lamentablemente, el archipiélago está soportando una intensa sequía. Hoy está ocurriendo algo similar a lo acontecido en 1985, cuando pese a la ayuda de aviones cisternas canadienses no fue posible sofocar el fuego. Dicha desgracia concluyó por la acción de dos fuertes aguaceros que entonces cayeron sobre la región insular. Sin embargo, el incendio, que duró cerca de 50 días, arrasó más de 20.000 hectáreas y acabó con la flora y la fauna endémica de esa zona. Las autoridades nacionales presumen que la actual tragedia durará aún 15 días más, puesto que las condiciones atmosféricas son adversas.

Estos desastres son sólo un aspecto del problema global del mismo, que requiere enfoques y soluciones integrales. "Galápagos es, de repente, una tierra de nadie, sin ley ni autoridad", dice un habitante para describir la situación imperante en las islas. Según la Fundación Charles Darwin, el alto flujo de turismo, asociado al elevado número de habitantes ponen en peligro el débil ecosistema de la isla, lo que podría desembocar en un desastre ecológico y económico.

Además, la pesca ilegal en el mar, la matanza de tortugas gigantes, algunas de ellas mordidas por perros, y la introducción de gatos, chivos y ganado vacuno causan alteraciones en el archipiélago.

El gobierno de Galápagos se encuentra ahora en una encrucijada. Hay necesidad de establecer un profundo control social y ambiental, como componentes fundamentales de una política de ecoturismo hacia estas maravillosas islas del Pacífico.

Sin noticias en España

La Agencia Española de Cooperación Internacional firmó hace un ano un acuerdo con la dirección del Parque Nacional de las Islas Galápagos para que el ICONA asesore sobre el uso público del parque; o sea, montar los centros de recepción de turistas y divulgar sus valores ecológicos. Sin embargo, el ICONA reconoció ayer que no tenía noticias del incendio.

Jesús Casas, director de Doñana, ha sido una de las personas especializadas en gestión de espacios protegidos que ha viajado a Galápagos a raíz de ese acuerdo. "En Galápagos no falla todavía nada, pero uno tiene la sensación de que todo está al borde del crack; porque es un ecosistema hipersensible, con unos mecanismos naturales tan básicos, por la falta de agua y por haber permanecido aislado durante millones de años, que la más mínima alteración puede ser una catástrofe". Para Casas, Isabela y Fernandina, las dos islas más occidentales, son auténticos tesoros ecológicos. "Una de las poblaciones más amenazadas en Galápagos es la de tortugas de Sierra Negra. El fuego puede ser fatal para ellas".

Una fuente de la embajada de Ecuador en Madrid dijo conocer el incendio a través de la prensa. En la agencia Orte (Oficina de Representaciones Turísticas Ecuatorianas), un portavoz aseguró desconocer el suceso.