_
_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El son del desierto

Hay noches en que la visita a los escenarios de un intérprete y sus músicos se puede convertir en un inesperado viaje hacia otras latitudes muy lejanas. El tejano Flaco Jiménez, indiscutible figura de la música tex-mex, ha conseguido la perfecta simbiosis de las tradiciones musicales que conviven en la línea fronteriza que une el sur de Estados Unidos y México.La escueta banda que visitó anoche el escenario de la sala Aqualung, comenzó el concierto con graves problemas de sonido. Flaco Jiménez cortó el ritmo de su acordeón para regañar a los técnicos de sonido y, a partir de ahí, surgió por fin el baile y la frescura de una música que sólo pretende dar vida al público, rompiendo la insoportable sensación de distancia con que había comenzado la noche.

Flaco Jiménez

Flaco Jiménez (voz y acordeón), Óscar Pérez (bajo y voz), David Jiménez (batería). 500 personas. Entradas, 2.000. Sala Aqualung. Madrid, 14 de abril.

Flaco Jiménez fue el único que aportó alguna que otra floritura musical a la velada. Su banda, compuesta por un bajo muy sencillo, una exquisita guitarra de diez cuerdas, que sólo en escasos momentos se percibía y, una batería manejada por David Jiménez, hijo de Flaco, consiguió el clímax de fiesta a la antigua usanza de los pueblos con pasodobles, corridos, country y rock and roll de una forma indiscutiblemente artesanal que repasó, para satisfacer los deseos del público, temas como La bamba, Lucille o Volver, volver.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_