Otra tragedia africana

Desde octubre, más de 100.000 personas han sido asesinadas en Burundi, y otras 700.000 han huido del país. La guerra civil entre la mayoría hutu y la minoría tutsi se ha extendido a Ruanda, y ahora los dos países están sumidos en la anarquía. (...) Es desoladora la perspectiva de un conflicto sin fin, que suma otro Estado fracasado a una lista que ya incluye a Bosnia, Somalia y Liberia, junto a otros que probablemente les seguirán. Los Estados vecinos, la Organización para la Unidad Africana y las Naciones Unidas tienen una responsabilidad primaria, proporcionar ayuda de emergencia y mantener las puertas abiertas para la pacificación. Pero en algún punto el mundo quizá tenga que plantearse si debe o no mantenerse al margen en el caso de que los beligerantes no puedan llegar a un acuerdo. Ese punto casi se ha alcanzado en Burundi y Ruanda. La rivalidad entre los hutus, ahora dominantes, y sus antiguos señores feudales, los tutsis, precede a la independencia de estos países, obtenida de Bélgica en 1962. Los últimos combates comenzaron en Burundi en octubre pasado, cuando el Ejército, fortaleza de los tutsis, asesinó a un presidente hutu. Su sucesor también era hutu, igual que el presidente de Ruanda, que pereció con él al estrellarse su avión el pasado miércoles. Por tanto, es presumible que la responsabilidad de la orgía de sangre recaiga sobre guerreros tutsis que intentan reconquistar su antiguo predominio. (...), 12 de abril