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El presidente regional critica la falta de control sobre las grandes compañías, extranjeras

"Nadie me puede obligar a comprar una determinada marca de un producto". Así de claro definió el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, elarma que tienen los ciudadanos para luchar contra la huida de las multinacionales. Y criticó que en Madrid se consuman tomates holandeses: "Es tan absurdo como si en Holanda nos compraran tulipanes". Leguina arremetió contra la incapacidad de los Gobiernos para controlar a las grandes compañías extranjeras. Empresas como SKF, Ebro-Kubota, General Electric y Santana Motor abandonan Madrid.

Al término de su intervención en unas jornadas internacionales sobre desarrollo económico y empleo, Leguina se puso a gesticular un rasurado, en clara referencia a la multinacional Gillette, que deja su planta de Sevilla, y advirtió: "Si yo no quiero comprar para afeitarme una cierta marca, nadie me puede obligar a comprarla".Leguina admitió que las administraciones locales carecen de mecanismos suficientes para influir en la política de las multinacionales y cambiar su rumbo. Pero recordó el arma que tienen los ciudadanos: influir sobre la demanda, "una de las cosas que no controlan las multinacionales". '

El presidente autonómico resaltó que es ilógico que aquí se consuman tomates importados de Holanda, "tan absurdo como si los holandeses compraran tulipanes españoles".

Tras dejar claro que no defiende la autarquía económica, y ante la pregunta "¿dice entonces que se consuman sólo productos madrileños?", Leguina sentenció: "No lo digo, pero sí lo sugiero".

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El presidente madrileño criticó que la economía no esté dirigida por los Gobiernos, sino por "centros de decisión que mueven dinero de un lado a otro con gran facilidad". "Las decisiones económicas hoy sólo las toman libremente unas partes, las empresas transnacionales, y esto no es sostenible, porque la democracia y la convivencia se basan en contrapesos, y estas decisiones no tienen contrapeso ni en los Estados ni en los sindicatos", explicó.

También destacó que uno de los problemas más importantes no sólo en España, sino en Europa, es la evasión fiscal a través del movimiento de capitales. "Por no decir", añadió, "que una multinacional decide cambiar de un sitio a otro sus plantas y no hay forma de ponerles coto".

Tras admitir que esas decisiones pueden estar justificadas por la rentabilidad, añadió que "el beneficio no es todo", y filosofó: "Si así fuera, la humanidad no existiría".

Leguina, no obstante, aseguró: "No puedo decir que las multinacionales me parezcan mal cuando estoy intentando por todos los medios que vengan, y algunas vienen".

Pero otras se van. SKF, la multinacional sueca que fabrica en San Fernando de Henares rodamientos de automóviles, ha anunciado su marcha. Sus 280 trabajadores están estudiando, junto con la Comunidad de Madrid, la oferta de la empresa de cederles la fábrica para continuar la producción.

Los 316 empleados de Ebro-Kubota lo tienen más negro. La multinacional japonesa fabricante de tractores ha presentado el expediente de cierre, a pesar de que los trabajadores aseguran, con un plan de viabilidad en la mano, que la producción puede ser rentable.

También los japoneses de Santana Motor se llevarán por delante, además de la supervivencia de Linares, una veintena de contratos en Leganés, donde se encuentran sus oficinas.

Los de General Electric se van a Francia a fabricar los componentes de electromedicina que daban trabajo a 119 empleados en Torrejón de Ardoz. Su presidente, Emilio Trillo, y el comité de empresa comparecieron ayer ante la Asamblea de Madrid para explicar las circunstancias de la huida, consecuencia, según el directivo, "de la organización general para toda Europa del negocio de electromedicina".

Pero Leguina no sólo tiene que preocuparse de los extranjeros. El problema también lo tiene en casa. Ayer mismo, la Comisión Nacional del Mercado de Valores mandó una carta a Amper Cosesa: "Tenemos el gusto de comunicarles", comenzaba el escrito, que el Juzgado de Instrucción número 8 ha declarado la suspensión de pagos de Amper Cosesa, venía a decir el resto. Son 97 empleos en Getafe; 43 con un expediente de despido.

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