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Redondo acusa al Gobierno de hacer "una política descaradamente de derechas"

Nicolás Redondo sólo levantó ayer la voz en un tramo de su discurso de despedida. Fue cuando pidió "unidad interna" para superar la delicada situación que atraviesa UGT. "No dejéis que se despierten miserias dormidas, y si alguna se ha despertado, arrinconadla", subrayó. De esta forma, el ya ex líder de UGT -tras 18 años en el cargo- reclamaba un esfuerzo de responsabilidad para que el 360 congreso confederal del sindicato supere el enfrentamiento entre los dos sectores. Del Gobierno habló con tono pausado, pero le dirigió críticas muy duras. Le acusó de hacer una política descaradamente de derechas y de no buscar soluciones para "un desempleo masivo" que puede "tener consecuencias devastadoras sobre el tejido social".

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El de ayer era el último discurso del veterano sindicalista como líder de UGT; en el que debía dar cuenta de su gestión en los últimos cuatro años antes de su retirada. Al cierre de esta edición aún no se había producido la votación de la gestión de Redondo, aunque se esperaba un apoyo mayoritario.Redondo aseguró que durante este periodo "han predominado las profundas diferencias con el Gobierno y la patronal, y las huelgas generales".

El dirigente sindical no aflojó su habitual dureza al criticar las relaciones del pasado con el Gobierno. En cambio, tuvo mucho cuidado al marcar el camino que deben seguir sus herederos. Les dijo que la autonomía respecto a los partidos y la unidad de acción con CC OO han sido tan beneficiosas que nadie las puede cuestionar. Pero no dijo una sola palabra de cómo deben ser en el futuro las relaciones de UGT con el Gobierno actual, o futuro.

No olvidó descalificar el pacto de legislatura entre el PSOE y la derecha nacionalista, que tiene a Felipe González como principal artífice y valedor.

Redondo expuso así su opinión: "Creo no incurrir en ninguna descalificación si afirmo que el Gobierno surgido tras las elecciones del 6 de junio del año pasado hace hoy una política más descaradamente de derechas que el anterior. No sólo por el contenido de las medidas, sino por los argumentos con que las defiende". De esta forma adjudicó a Felipe González y a su Gobierno el papel de "vanguardia" en "imponer políticas desreguladoras de contención salarial y de recortes en las prestaciones sociales", aunque admitió que en ese camino le acompañan los Ejecutivos alemán, holandés y británico.

El sindicalista puso también en el mismo nivel al PSOE y a los Gobiernos conservadores al referirse al Estado del Bienestar. "Es igualmente evidente la generalizada ofensiva contra el Estado del Bienestar que están llevando a cabo, con parecido entusiasmo, movimientos políticos declaradamente conservadores y otros que se califican a sí mismos de progresistas", afirmó para remachar a continuación que "si hay algo constatable a estas alturas es que las soluciones de los neoliberales no eran tales".

Redondo acusó al Gobierno de Felipe González de haber aprovechado la crisis económica para "dar salidas regresivas". Por enésima vez, pidió un cambio de política . económica en "contra de la línea de pensamiento prevalente" . Sintetizó esa "línea" en culpar del paro a los trabajadores ocupados, y achacar el origen de la crisis sólo a los salarios y a los elevados niveles de gasto social. Es decir, aprovechar la crisis para recortar derechos sociales. "Seguramente esto es lo que quería decir un importante ex ministro del Gobierno socialista [en alusión a Carlos Solchaga] cuando afirmó recientemente que las épocas de recesión tenían también elementos positivos", reflexionó.

Ni estafa ni lucro

Cambió de tono al hablar de PSV. Se le quebró la voz y reconoció que han cometido errores, que asumió en su nombre y en el de la ejecutiva saliente. Acto seguido subrayó: "La UGT no ha cometido- ninguna estafa ni se ha lucrado del proyecto cooperativo". El sindicalista reconoció que la crisis de PSV les ha costado un alto precio de imagen y credibilidad; y también se ha notado en el patrimonio de la UGT. "Nos queda el amargo regusto de pensar que se podían haber tomado medidas mucho antes", asumió.

El texto que Redondo tenía preparado para el cierre de su discurso era frío. "Sólo quiero deciros que me siento muy honrado de haber dedicado mi militancia sindical a UGT y de haberla dirigido estos años".

El sindicalista se emocionó con el largo aplauso que le dedicaron los 800 delegados ugetistas y el largo centenar de invitados puestos en pie. No empañaron ese cálido adiós los dirigentes de la construcción y el metal, que no aplaudieron.

Intento de sabotaje

La luz se fue en tres ocasiones, durante las intervenciones de Nicolás Redondo, Antonio Gutiérrez y Joaquín Leguina. ¿Casualidad?, ¿mal funcionamiento? Según la gerencia del Palacio Municipal de Congresos del Campo de las Naciones, intento de sabotaje."El precinto de la caja habla sido violado, no sabemos si intencionadamente, pero coincidían una serie de casualidades, como que las averías se produjeran mientras hablaban Redondo o Leguina, por lo que entendemos que ha habido una manipulación voluntaria del cuadro eléctrico que ha dado lugar a la avería", declaró el gerente del recinto ferial de Ifema.

Se da la circunstancia de que el cuadro eléctrico supuestamente manipulado estaba bajo la supervisión de miembros de la propia UGT. Los técnicos de Iferna revisaron toda la instalación eléctrica del recinto -en el que días atrás se habían celebrado otros eventos sin ningún problema- y comprobaron que la instalación estaba funcionando sólo al 10% de su capacidad de potencia.

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