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Música de violas y violines a domicilio

El Ayuntamiento dispone de 163 instrumentos musicales para préstamos

Prestan violines de cuatro tamaños distintos. Facilitan también flautas. Para casos urgentes cuentan con una armónica, una mandolina y un bombardino. El servicio de préstamo de la Biblioteca Musical del Ayuntamiento funciona desde 1932 y su reglamento ha variado muy poco: para llevarse a casa uno de los 163 instrumentos que posee hay que estar empadronado enMadrid, demostrar que se está matriculado en esa materia y presentar un aval que responda en caso de deterioro o pérdida. De los 105 instrumentos que están prestados. 70 están en manos de niños.

En los últimos 10 años únicamente se han perdido una viola y un violonchelo. "Lo normal es que nos devuelvan los instrumentos con pequeños arañazos. Los de cuerda se rayan con más facilidad, por eso hemos cambiado los estuches por unos más duros", explica Aurora Rodríguez, directora de la Biblioteca Musical de Madrid, que este año conmemora su 75 aniversario.Parte del muestrario disponible proviene de donaciones. El bibliotecario Víctor Espinos, fundador de la biblioteca y creador de este servicio, escribió centenares de cartas a músicos y aristócratas de la época y recibió a cambio varios instrumentos. Un luthier madrileño se encargó de repararlos.

En los fondos de la biblioteca hay violines, violonchelos, violas, flautas traveseras, clarietes, saxos, obóes, trompetas guitarras. Los acordeones son os instrumentos menos requeridos debido a su antigüedad. una armónica nunca ha sido solicitada. Las donaciones escasean: "Ultimamente la gente prefiere guardar los violines como objetos de decoración", dice Aurora.

Flautas desinfectadas

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Los instrumentos más solicitados son los de viento. Cada vez que un usuario devuelve una flauta se desinfecta. La biblioteca no presta pianos ni contrabajos, sólo instrumentos transportables. "Más de un niño me ha mirado con cara de 'por-favor-cómete-el violín'. A veces los encaprichados en que los pequeños toquen son los padres", señala Aurora.

Joaquín Ruiz es un cliente habitual. Lleva 11 años con el mismo chelo. "Es parte de mí, me acompaña a todas partes. Prefiero no pensar en el día en que tenga que devolverlo", suspira. Está en noveno curso de conservatorio y tiene los días contados: el próximo año se verá obligado a devolverlo. Para poder alquilarlo, Ruiz, de 26 años, se tuvo que empadronar en casa de su abuela, ya que reside fuera de Madrid. "Un chelo como el que me presta la biblioteca cuesta un mínimo de 800.000 pesetas y no las tengo".

Hay otros clientes, como el policía municipal que practica en su casa con uno de los seis saxofones municipales. Un niño polaco que ha ofrecido dar un concierto familiar en la pequeña biblioteca: sus padres y su hermano mayor también son músicos. O Lara y Virginia, de 10 y 7 años, dos hermanas que estudian violín desde hace dos años, porque ya no quedaban plazas para piano. "Opté por el préstamo, porque no estaba segura de que el violín fuera adecuado para ellas. De momento, la pequeña parece estar más dotada para la música. Quizás a ella le compremos un violín definitivo", explica Isabel Ubierna, la madre.

Fernando Solar es luthier, como su padre. En su taller de la calle del Divino Pastor reparan y encolan los instrumentos que les envía la biblioteca desde los años cuarenta. "Aunque parezca que sí, los niños no son tan destrozones. No hay grandes diferencias entre los violines prestados y los propios", comenta.

Biblioteca Musical. Servicio de préstamo gratuito: Conde Duque, 11. De lunes a viernes, de 9 a 20.30 horas.

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