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El personalismo marca el inicio de los debates del mundo del teatro

La ministra de Cultura se reúne con todas las áreas de la profesión escénica

Representantes de todos los sectores del mundo del teatro se reunieron ayer en Madrid para debatir y buscar una salida a su crisis. Por parte de todos hubo buena voluntad y agradecimiento hacia el gesto del ministerio de reunirles -fueron convocados por la ministra de Cultura, Carmen Alborch-, pero la jornada estuvo marcada por personalismos, intercambio de trapos sucios cruzado con malas caras, algún que otro toque de humor, y mientras muchos concluían que aquello era propio del teatro del absurdo recibieron consternados la noticia de la muerte del dramaturgo Eugéne lonesco.

Los asistentes consideraron positivo que de allí surgieran mesas de trabajo para buscar soluciones concretas. El inicio del encuentro estuvo marcado por una descarga de interrogantes sobre qué se puede hacer con el teatro, lanzada por Carmen Alborch a todos los presentes. Ocho horas después ninguno tuvo respuesta, aunque sí hubo propuestas y se marcaron líneas de trabajo futuro.Adolfo Marsillach, que intervino con una ponencia afirmando que era curioso que una persona como él, que no consiguió hacer nada cuando estuvo en el ministerio, se atreviera a opinar, dejó clara una cosa, tanto en su texto como al final de la jornada: "Esto no sirve para nada, pero está bien que lo hagamos".

Otros muchos opinaban como él. Su ponencia, calificada por todos de brillante y divertida, fue criticada por el director José Tamayo: "Nos ha dejado boquiabiertos, nadie mejor que él para decir las cosas, pero, si lo analizamos, en el fondo no ha dicho nada". Marsillach le dio la razón con un gesto de cabeza. El director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico se cuestionó el significado de algunos éxitos teatrales: "¿Qué es peor: un local lleno de estúpidos u otro vacío de inteligentes? No es fácil responder a esta cuestión sin caer en posturas esquemáticas o utópicas". Tamayo, por su parte, regañó a quien se metía con el público: "Es a quien había que premiar por ir a ver ciertas cosas".

Representantes de las diferentes asociaciones. de actores, autores, empresarios, locales, salas alternativas y teatro infantil intervinieron en el debate. Todos pidieron al ministerio que se tomara el teatro en serio, la necesidad de una reforma en profundidad de las diferentes unidades de producción, así como de la política de ayudas y de la legislación en cuanto a teatro. También se pidió la desvinculación del teatro a criterios de rentabilidad económica y que se incrementaran los espacios teatrales.

Al acto asistieron, entre otros, José Luis Alonso de Santos, Antonio Buero Vallejo, José Carlos Plaza, José Luis Gómez, Joan Font, María Paz Ballesteros, Ana Mariscal, Gerardo Vera y representantes de las compañías Fura dels Baus, Comediants y Teatro Lliure.

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