Un tercio de los tratamientos españoles con hormona del crecimiento está mal indicado
La terapia media cuesta al paciente unos 12 millones de pesetas
Los 6.000 pacientes que están recibiendo en España un tratamiento con hormona del crecimiento deberían reducirse a 4.000. El resto ha sido incorrectamente diagnosticado de un trastorno de crecimiento provocado por una deficiencia de esta hormona que en realidad no padece. El tratamiento, que dura cuatro años, cuesta unos tres millones de pesetas anuales. Los diagnósticos no son fáciles, pero requieren valorar correctamente la velocidad de crecimiento. Muchos análisis pueden indicar una secreción deficiente, cuando en realidad su ritmo es normal.
El exceso de diagnósticos es un problema común en todos los países desarrollados, porque se trata de diagnósticos difíciles y son muy frecuentes los resultados analíticos que muestran una secreción hormonal deficiente, aunque el desarrollo del niño o del adolescente sea normal. Así lo afirman los expertos reunidos el pasado fin de semana en Madrid, en el IV Simposio Internacional Sobre Crecimiento, organizado por la Asociación Crecer. En el Reino Unido, por ejemplo, los diagnósticos incorrectos pueden rondar el 10% de todos los pacientes tratados en la actualidad con hormona del crecimiento. En España, sin embargo, esta confusión es todavía muy elevada.La hormona del crecimiento se sintetiza y segrega en la glándula pituitaria y regula el crecimiento de los tejidos (los huesos, los músculos, etc). Elaborada por ingeniería genética en laboratorio, se suministra para sustituir su secreción natural. Las causas de esta alteración son genéticas o debidas a infecciones y problemas en el parto (nacimiento de nalgas o de pies) que lesionan el funcionamiento de la glándula.
El déficit español
"En nuestro país, estamos en una incidencia teórica de déficit de hormona del crecimiento muy superior a la del resto del inundo", afirma Rafael Yturriaga, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. "En 1989, por ejemplo, sólo en la Comunidad de Madrid, había más pacientes sometidos a tratamiento que en todo el Reino Unido y en toda España había casi el doble de tratamientos que en todo Estados Unidos"."La incidencia real de este trastorno es, sin embargo, igual en España que en el resto de los países occidentales", añade Yturriaga. Cada tratamiento con hormona del crecimiento cuesta unos tres millones de pesetas al año y dura unos cuatro años. En España el diagnóstico del especialista llega a una comisión sanitaria que valora si debe aplicarse o no el tratamiento. El Insalud está barajando, además, la posibilidad de limitar la dispensación del medicamento sólo a las farmacias de los hospitales. Con esta medida se podría abaratar el producto hasta en un 30%, según estiman los expertos.
"Existe todavía una falta de preparación de algunos especialistas", afirma Yturriaga. Algunos retrasos del crecimiento pueden deberse a un trastorno del tiroides (hipotiroidismo) o ser transitorios y luego recuperarse. "Un resultado analítico, positivo o negativo, no puede ser absoluto a la hora de hacer un diagnóstico. Lo fundamental es evaluar la velocidad de crecimiento del niño", señala este especialista. Los efectos secundarios cuando se administran dosis superiores a las normales son una tendencia a la diabetes, a la hipertensión o al exceso de colesterol, aunque son trastornos poco frecuentes.
"Uno de los factores que confunden más a menudo es una baja estatura por razones psicosociales, que no tiene nada que ver con una deficiencia orgánica real", explica Richard Stanhope, del Institute of Child Health de la Universidad de Londres. "Estos niños no responden bien a la medicación, y por eso el seguimiento, una vez terminada la edad de crecimiento y el tratamiento, es fundamental para aumentar la experiencia de los especialistas", señala Stanhope.
Tratamiento en adultos
El problema inverso -los casos no identificados hasta edades demasiado tardías- pueden evitarse acudiendo regularmente al pediatra, al menos dos veces al año, para un correcto control del crecimiento del niño.El desarrollo de la biología molecular ha permitido, en los últimos años, un mejor conocimiento del funcionamiento de la hormona del crecimiento y de sus receptores.
Nuevos estudios han revelado que esta hormona sigue siendo fundamental incluso después de la edad de crecimiento. "Hemos descubierto que el tratamiento puede seguir siendo necesario en la edad adulta", explica Zvi Laron, endocrinólogo de la Universidad de Tel Aviv (Israel), que descubrió los receptores a través de los cuales la hormona del crecimiento actúa sobre los tejidos. "Años después de finalizado el tratamiento, los adultos sufren obesidad, exceso de colesterol, una reducción anormal en la masa y la fuerza muscular y en las funciones renales, así como osteoporosis", explica Laron.
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