El Gobierno se confiesa impotente ante las reventas de la Zarzuela

La banda del Dani, grupo de revendedores que controla las colas del teatro de la Zarzuela, está de enhorabuena. El Ministerio de la Presidencia lo ha reconocido finalmente: "No se pueden emprender acciones legalescontra ellos". El diputado de Izquierda Unida Franco gonzález se muestra sorprendido por esta respuesta del Gobierno a su pregunta en el Parlamento y reclama medidas para acabar con los reventas.

"A lo mejor, con sólo un poco más de policía a la puerta del teatro se podrían eliminar estas bandas organizadas", comenta González. El grupo parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Cataluña, tras conocer a través de este diario la existencia de la denominada banda del Dan¡ (véase El País Madrid del 19 de enero), solicitó al Gobierno la adopción de medidas concretas para evitar, en posteriores años, estos hechos.Sin embargo, el Ministerio de la Presidencia, en su respuesta oficial, únicamente le ha recordado la normativa vigente ("sólo se puede adquirir un palco o dos localidades por persona"), ha reconocido la impotencia legal para luchar contra estos grupos de revendedores ("no se pueden emprender acciones legales contra ellos") y le ha hecho una promesa ("se tiene previsto estudiar el tema con los responsables del Ministerio del Interior a fin de establecer medidas oportunas)".

El control de la cola

La banda del Dani controla desde hace años las colas para la adquisición de entradas en los principales teatros y espectáculos de Madrid. La banda consigue el control obligando a los aficionados a inscribirse en unas listas que la propia organización confecciona y de la que se reserva los primeros puestos. Los melómanos aceptan estas relaciones porque así se les asegura un cierto orden ante las taquillas. Al principio de la temporada de ópera los revendedores adquirieron casi una cuarta parte de las butacas del teatro de la Zarzuela.El diputado de IU Franco González considera que el chantaje a que somete la banda a los aficionados tiene una sencilla solución. "Un poco más de policía en la puerta de los teatros erradicaría, con toda seguridad, estos hechos", mantiene. "No creo que sea tan dificil", concluye.