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Reportaje:

Leche y pan a la puerta de casa

Una mujer lleva productos frescos a 200 familias de Tres Cantos

Ana Moragas se vio el año pasado sin empleo, con 42 años, en un nuevo piso en Tres Cantos (23.000 habitantes), tres hijos adolescentes y un sueldo único que administrar, el de su marido. Había dejado de pertenecer a una clase acomodada y sin apuros de fin de mes. Ni corta ni perezosa, se marcó tres meses para buscar, día a día y puerta a puerta, un empleo; transcurrido este tiempo, la idea de crear su propia empresa la había atrapado.

El 7 de junio estrenaba su furgoneta adquirida a plazos, un frigorífico, 16 bolsas térmicas y otras tantas cajas de plástico para comprar la leche fresca y el pan de cada día solicitados en 16 hogares. Para entonces, Ana Moragas ya disponía del carné de manipuladora de alimentos, un precario estudio de mercado y dos convicciones: "La leche fresca es la única que verdaderamente mantiene todas las propiedades y el pan es un alimento completo; ambos productos básicos pueden sustituir otros alimentos que restringen algunos consumidores que han visto, como yo, menguados sus bolsillos".

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"Yo comprobé mediante una encuesta que la gente no compraba leche fresca por falta de tiempo", dice la empresaria. La citada encuesta fue repartida por 60 hogares y 40 fueron positivas para el proyecto Sol y Luna -que es como se llama su empresa-, pero sólo 16 familias decidieron abonarse al nuevo servicio doméstico. No se desmoralizó. "A la gente le cuesta cambiar los hábitos", se dijo.

Actualmente lleva estos productos a más de 200 hogares, su cartera de clientes crece cada día, ha creado dos puestos de trabajo de media jornada y ampliado su oferta en bollería y derivados lácteos. Pero Ana aún no puede descansar. Con ayuda de su marido y una de sus hijas, mejora el humor de los tricantinos también los sábados, cuando no tiene ayudantes, haciéndoles llegar churros y porras calientes antes de las diez y media de la mañana.

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Tardes de empresa

Ana Moragas no pudo evitar sentirse sorprendida al principio, cuando los repartidores de su localidad le miraban extrañados. "Conducir una furgoneta, aún hoy, llama la atención, y más una mujer como yo". Ella se refiere a sus años, aunque su forma ha mejorado gracias al esfuerzo al volante, los pesos acarreados y los saltos y flexiones que repite cada día a lo largo de cinco horas. Viste por las mañanas zapatos deportivos, vaqueros y chubasquero, al igual que sus ayudantes. Por las tardes, luce sus piernas y sus sencillas joyas: es una empresaria que visita nuevas urbanizaciones donde abrirse mercado.

En los nuevos domicilios entrega su tarjeta, donde figuran aún sus tres primeros productos: la leche envasada en el día de La Colmenareña; el pan de un horno de Tres Cantos, la tahona de La Dehesa, y los huevos Ace, que produce y envasa la cooperativa de agricultores del centro. Tres productos frescos y producidos en la Comunidad de Madrid, que se han multiplicado: 16 modalidades de pan, 38 de bollería, cinco salados del mismo horno y el queso de la misma cooperativa ganadera.

"Yo paseo por Colmenar Viejo, y me dije que cómo con estos pastos, vacas..., una producción de leche tan importante, no se consume lo suficiente, para contestarse después: "Es falta de concienciación y hábito de consumo hacia los productos naturales".

Suscribirse a Sol y Luna no supone gasto alguno. Simplemente hay que dejar la dirección y el pedido en un contestador. Por citar dos ejemplos, la barra de pan común cuesta 55 pesetas y el litro de leche fresca 105 pesetas. Los abonados pagan una vez por semana y también en su mismo domicilio. Nadie ha sisado la compra del vecino.

Sol y Luna. Teléfono 803 55 27.

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